(del cuaderno inédito)
- Selección-
Huso Solazar Tamariz
ESTANCIA DE LOS ESPECTROS
1961
LOS DESCUBRIDORES
Nos ponemos recelosos
y muy serios
trepados en los días
de danza macabra
o de ritual
y miramos rumbo a la noche
(donde surgen las islas
al final de los soles)
Entre alas primarias
y el vendaval de las premuras
atónitos en el último asalto
damos volteretas
sobre los ásperos lechos
-siempre ajenos un poco-
pensando en el destino
de las costas sin nombre
golpeadas de lo oceánico
y los débiles anhelos
terriblemente prófugos
y hasta en los presagios
que siempre están a flote
y se van cuando no hay más remedio
Nos ponemos carabelas
para ir a descubrir los continentes
de la muerte:
azules de tantísimo destiempo
Cada uno en su agujero
con fechas problemáticas
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buscando una ventaja inmemorial
-chirreantes a puerta antigua
ron vista a los plurales infinitos
LOS PLAZOS
Y nos vamos intempestivamente
a la interperie
añejados entre siglos
-en la imprecisa edad de la leyenda-
viniéndonos por la frutal esquina
de imponderables ápices
de absurdos sueños acesantes
cual ráfajas perdidas
Tal el dinero sin retorno
porque la soledad es una deuda
cuyo interés se acumula en los huesos
a plazos que se extinguen
tan sólo con la muerte
y en los instantáneos surcos del mar incom-
pletados de hombres rebuscando
su tregua ya sin tregua
Todos los plazos abren
una ventana impar
extendiendo el misterio
mientras se apaga la memoria
descartando la ululante noticia
del trigo acribillado de promesas
Estacionados como para siempre
(enraizada hasta el tuétano)
y en los plazos de aquella tempestad
empedernida de rugidos
y erguida en la mitad de la amargura
LA DESMITAD
La desmitad de cada uno
se vino en vilo incandescente
La otra desmitad vive en palmera
tal una playa en altanoche
Apareció una lumbre en las colinas
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adelantando un poco de distancias
por los requicios insondables
Se tiñó de silencios todo el llanto
y trató de ocultarse avergonzada
bajo los mínimos terrones:
esa era su aleteante desmitad
desafiando en cuclillas los recelos
Su otra desmitad rodó los "chaquiñanes"
donde se pone el sol
antes de hora cenando en los recuerdos
repasando gaviotas
que prodigan las distancias
con algo de nosotros entre dientes
(así entonces sentimos las alas
plegándose en el centro del perfume)
Un susurro de instintos agigantados
confundirá los abismales pasos
cuando esas desmitades nos abrumen
hundiendo sus pisadas semilleras
Si algún asombro nos acosa inédito
nos desenvolveremos en el vuelo
Esa constante lluvia de granizo
cae sobre la historia
de los sometimientos sin rédame
con sitio entre los hombres
que mastican la corteza entrañable
LOS DESEOS
Ya lo sabemos bien:
secuestrando el silencio
nos desvelamos entre los deseos
mientras agoniza la luz
-esa que cuando sale a media plaza
es capaz de matar a las estatuas
Lo sabemos de sobra:
temblando con sus bordes
el quimérico mentón sobre el pretérito
y en el intacto ritmo
lo más débil de un pétalo
perdido en la hojarasca
Si hemos resistido sus verdades
durante siglos de vigilia
son inseguros los acantilados
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que rasguñan sus dedos urticantes
Quién es aquel que ignora
su calidad de flor marchita?
No pongamos la mano
en su insondable fuego
ni ofrendemos el pecho
a su innombrable embate
Invadidos de arena marginal
sepultaremos nuestros estertores
Hay que saber siquiera algo
y acurrucarse para morir desafinados
Algo así hay que saber
para que la siesta no dure demasiado
y no se nos remancen las palabras
en el espejo cóncavo
que empañan los deseos
DESTINO
La muerte se ha ligado con los astros
y un ahí sin remisiones
intentando refrenar los estratos
y las estampidas de la hierba
Por qué se demuelen los hermanos
en la primera página
que desde aquí se nos parece humo
Sus nombres palatales
de discolor ilímite
como una nota en el pajar del viento
con sus ardientes dioses sanguinarios
-como todos los dioses
como algunos demonios
como todos los seres humanos-
Permeabilizamos al destino haciéndonos profundos
y secretos
médula adentro
mientras damos la mano a las estrellas
Llegamos endurecidos de vestimentas
reblandecidos de sonidos
palpitando cual un tumor
gritando desde las esquirlas
sudando por los poros de la idea
y abrevando nostalgias
fechas ácimas
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paisajes impredecibles
espigas sin futuro ninguno
islas ausentes
y catedrales internas en la magia
Se escucha alarmante su voz
o es que nos inundan sus mareas?
CERCANIA
Bajo un montón de párpados
a duras penas respiramos
tal marineros
en los atestados muelles del tiempo
Imposible dormir sin sobresaltos
ni tapiar las ventanas del sollozo
(esas mínimas cosas
nos son arrebatadas brutalmente)
y mantenemos un pie rozando
el costado amarillo de la duda
-por si alguno fracasa
decae al intersticio de la nada
sin que nadie lo note
ni a nadie le interese-
Todos mantenemos la palabra izada
en una exacta espina
sin rumbo ni salida
Pese a todo hay montones de silencio
estibando los absurdos
plagados de preguntas sin respuesta
Todos vivimos acuciados de pánico
-vegetales insomnes-
madrugando en los dolores
y anocheciendo en los conflictos
Nos hubiese gustado aprender
a escribir en los enigmas
como lo hacen lo menos
mientras duran los más
Ya no importan los meses
taladrando lo insondable
si uno mismo no repliega las alas
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EXTRAVIO
La ternura crece con la barba
o la impaciente entrega
gris de varias mujeres
es pan cortado por la mala suerte
que jamás llama a aquel que la presiente
en el pulso del terror
Alguna rara vez el extraviado
en la noche tenaz
asegura los postigos
en las cálidas ventanas del gentío
Que venga su lujuria de sonidos
a refrescar la orilla:
nosotros navegamos extenuados
los archipiélagos perdidos
y a diario naufragamos
delirando entre las pesadillas
No hay que quejarse entonces
y con los ojos secos
debemos contemplar la nada
que es todo nuestro entorno
Extraviados decimos cosas del sol
volcándonos de bruces al verano
Son las fronteras de la sed
que se nos echa encima
para que nos vayamos hasta el fondo
-como primera piedra-
sobrellevando los silbidos
y los retratos extraviados
No es muy complicado vivir
si lo dejan a uno respirar
sino la tela se deshilacha
ADVENIMIENTO
Que advenga el día
con sus descendimientos
a desvestir a las inclinaciones
y a los renunciamientos
decirle adiós a Dios
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arrepentidos de ser advenimientos
Los demás pueden quedarse
en los dominios de lo tardío
en la maldad congénita
3ue transparenta las virtudes teologales
el anhelo
para mover el júbilo estridente
con claveteadas botas
de más de siete leguas
capaces de abortar a los proyectos
que roen la consciencia
Pocos atinan al hacer memoria
de las fechas precisas
las que rememoran que vivimos
u olvidamos para siempre
asemejándonos a la neblina
rondando por los páramos
sin que nadie acierte a calcularla
o precisar su estatura fantasmal
Advenimos de casi los ensueños
bajando hasta el papel mojado
lívidos de inclemencias
acallados de enigmas
prontuariados desde la iniciación
del clima
que sopla nuestras velas desveladas
DESPOJAMIENTO
Les quitaron toda la pobre ropa
remendada de abismos
soterrados gritaron
(légamos de los siglos)
nada menos que la piel
y adentro los murmullos
-nada más que la luna-
y afuera la palidez eterna
Y cuando iban desnudos
corriendo como oleaje
por vez primera se desencontraron
pero nadie acertaba
Trabajaron el copioso temporal
de ásperas longitudes
entre el bosque ensombrecido
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arrugado de centurias
en las cuantiosas aguas subterráneas
desde quién sabe cuándo
-el ventarrón dejó crecer su pelo
y sus sonidos en abuelo-
Hablaron de la espina redimida
y de la espiga redimible
de los cálculos en enredadera
ocultando los muros de la pena
y se sentaron a escuchar
a los domingos somnolientos
en aquel embriagante momento
aprovechado por los árboles
y los incendios
de insospechado vuelo
RECODO
Alguno acumuló sus sombras
Í recontó sus gotas de rocío
uvia
cayendo torrencial entre la noche
Alguno escarbó entre sus abriles
como en un esqueleto
y así de rato en rato
logró casi apropiarse de las estelas
Entonces sí es posible sumar los surcos
y las olas que despeinan el mar
los congelados sin remedio
o los absolutos costados
que libera la escarcha
en las trastiendas de la soledad
Es dable levantar la transparencia
y murmurar secretos invernales
(algunos suponen
que todo es como un potro
ante un recodo del camino
nunca acabado de caminar)
Los recodos musitan en su idioma
de impertérritos rastrojos
y sin embargo las arenas
del ayer lo cubren todo
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entre aroma de ahoras
emprendiendo maniobras de sonámbulo
Hemos tendido nuestra alarmante sed
en los primitivos recodos
para que se secara hasta su eternidad
Hasta la última instancia
y su postrer aullido
LO PRIMORDIAL
Importa muchísimo el vino
y el agua en los esteros
Importan las presencias
y alas en vuelo
el ramaje oculto en la distancia
y un espaciado trino
Muchísimo importa
el vibrar de las notas musicales
o el grumete en las jarcias
mientras desteta el viento
sus primeras sirenas
o las costas no hallan
la dirección exacta de la sorpresa
la inminente derrota
Lo primordial es ubicar la muerte
y su inmemorial testimonio
en tanto gira su brújula
polarizada en desangres
su existencia de ostra
su destiempo de alga
Claro: podemos intentar lo irreparable
y aguardar sus reflejos
proyectados en un dominio innato
o en futuros casi irrepetibles
Lo primordial es masticar
los frutos prohibidos de la enmienda
al tiempo que transcurre
la tempestad de las edades
y todos esperamos de rodillas
el recóndito milagro
del eco primordial
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LOS FALLECIMIENTOS
Se asombraban de no poder
enterrar a sus muertos
con una luz planificada
para los estallidos
con abismos afines
y arrugas milenarias
A sus muertos azulados
hasta el íntimo tuétano
sin la fatal ahorta
y restringidos como las avestruces
Con las venas tasajeadas
van pasando a ser huella
incalculable pérdida
y detenida edad insatisfecha
Nadie testificó de sus fronteras
ni puso en entredicho sus acentos
sin embargo espiraron
sin remisión posible
Así los muertos nos resultan
más vecinos que el gemido
más listos que la confidencia
de un borracho irredento
nos asaltan en plena vía pública
cuando cualesquiera horas
azuzan el ladrido de los perros
Nuestros muertos ocultan
sus protervas intenciones
desnudándose íntegros
y extraviando la pértiga
que trajimos ufanos
y ávidos de lo intenso
LOS ANTICIPOS
Musitaron en dialecto de arenas
mientras crucificaban sus luceros
adelantando las cortezas
por lo insondable del latido
en tanto eran partícipes
de un ardua soledad ensimismada
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Se asomaron a sus ahoritas
expandiéndose sobre la fe
heredada a los lentos abuelos
ya expuestos al destiempo
cuando todo parecía detenerse
y acrecentar los círculos concéntricos
Apuntaron directo a sus mmeros
colocados a maldecir
bien por debajo de la madre tierra
-bien por arriba del portento-
Murmuraron en su idioma
tal si recargaran los fusiles
para rememorar las inclemencias
que amontona la suerte
Tenían una edad acorazada
que tal vez decrecía
enredada en las parvas de un placer
mortalmente vital
Por la totalidad de sus ofrendas
es posible orientarse
entre los viricuetos
donde padece el ser humano
cuando cumple los años
del asombro
que le dura por siempre
LO PRESUMIBLE
Había un no sé qué desvencijado
-un como fin de siglo-
intentando ceñirse la armonía
y pacer en sus collados
era tal un vestido de novia
o la trenza de los indios
Entre idas y venidas
se perdió sin reclamos
por nadie sabe dónde:
sin arcano o crepúsculo
Para entonces ya no hablaban
repletos de impaciencias
de imponderables tardes
(a la deshora de las aves)
inaugurando los destellos
y los arrepentimientos tardíos
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Ya ninguno oponía
sus empalidecidas opiniones
sobre el extenso territorio
de lo onírico
Entonces decidieron unánimes
reposar su sin fin
desprotegidos de raíces
gritando en los recodos infantiles
decidiendo alejarse
balanceando en los jamases
Resulta indispensable así
£ resumir de imponderables
•jes
perder lo impostergable
y saturarse de las premoniciones