|B a l t a z a r a
C a l d e r ó n d e

R o c a f u e r t e : u n a
GRAN MUJER

Autor:
Dr. Alberto Cordero Aroca
Presidente Ejecutivo de la
Fundación "Casa de Don Vicente Rocafuerte"

D e tr á s de un gran hombre hay una
Gran M ujer, v iejo adagio que se confirm a:
Don V icen te R o ca fu e rte y su e sp o sa D oña
Baltazara Calderón Garaycoa de Rocafuerte. La
destacada personalidad de esta dama nos permite
apreciar el papel jugado por la mujer en los
inicios de nuestra República.

Baltazara de Rocafuerte se constituye
como símbolo de la mujer ecuatoriana: fue
hija del héroe Francisco Calderón, hermana del
hé roe A b d ó n C a ld e ró n , e sp o sa del I lu s tre
E stad is ta V icente R ocafuerte , se en trem ezc la
felicidad y tragedia a su alrededor.

& Revista de la Universidad de Guayaquil %

Sus p a d re s se hab ían casado en
G u a y a q u il en 1800, Don F ra n c is c o G a rc ía
Calderón y Días, natural de La Habana, Cuba,
quien había venido como Ministro de las Reales
Cajas y Tesorero Oficial y la guayaquileña Doña
Manuela de Jesús Garaycoa y Llaguno, miembro
de un prominente clan, defensores de las causas
de la In d e p e n d e n c ia de nues tro país. El
m atrimonio se traslada a Cuenca donde nace
B a l ta z a ra J o se fa el 6 de E nero de 1806.
Crece en un hogar esencialmente preocupado de
la su e r te del pa ís y que h a b ía llev ado el
patriotismo a un grado incomparable de culto.

E lla p ie rd e a su p a d re en 1812,
cuando el va lien te Coronel de los E jércitos
Patriotas fue fusilado por sus ideales libertarios
dejando a su v iuda en la m ayor pobreza y
desprotección al ser confiscados y subastados sus
bienes, teniendo que trasladarse a Guayaquil al
seno de su familia.

D iez a ñ o s despu és pe rd ió a su
hermano Abdón Senen, el teniente abanderado
del B a ta l ló n Y aguach i en la B a ta l la del
Pichincha de 1822.

Recibe su educación con patriotismo y
honor en las ramas de la cultura que le fue
posible, Vicente Rocafuerte y José Joaquín de
Olmedo se cuentan entre sus maestros. Ella
integra un núcleo de jóvenes de la aristocracia
porteña entre ellos: Vicente Ramón Roca, Claudio
M aría Roca, Lorenzo de G araycoa, José de
A ntepara , a qu ienes el joven Rocafuerte les

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Revista de la Universidad de Guayaquil %

enseña francés "con la condición de que había
que trasmitir a otros esos mismos conocimientos
con el objeto de p ropagar la sem illa de la
independencia", estudian sobre el Contrato Social
de R o u ssea u , el E sp ír i tu de las L ey es de
Montesquie, Los Derechos del Hombre de Paine,
La Historia de la Revolución de Norteamérica
del A bate R aynal entre o tras obras de los
clásicos enciclopedistas.

Su inteligencia e ilustración fue motivo
de a d m ira c ió n de S im ón B o l ív a r y m ás
c o n te m p o rá n e o s : "Yo env ío a B a l t i ta un
ejem plar de mi proyecto de C onstitución de
B o l iv ia y o tro de mi d iscu rso a los
Legisladores de ese Estado naciente, para que
le y e n d o a m b a s cosas con su a c o s tu m b ra d a
atención, y haciendo uso de su feliz memoria,
tenga yo el gusto de mi llegada a esa de oir
de su bella boca la producción de mis ideas",
e sc rib ía B olívar desde L im a a M anuela , su
madre, una de las dulces amigas veneradas por
el Libertador.

Baltazara cursa los 36 años y se sitúa
frente a un hombre de mundo inteligente, que
dirige los destinos de la N ación y parien te
suyo: Vicente Rocafuerte, ella es sobrina en
te rce r g rado del p rop io R ocafue rte pues la
bisabuela de Balta, doña Eduarda Gerónima de
Lavayen y Santisteban, era hermana de la abuela
de V icen te , d o ñ a M an u e la de L avay en y
Santisteban.

Este hijo del siglo de la ilustración y
del romanticismo muy parco, reservado en su
vida íntima, empieza a turbar misteriosamente a
los ojos de ésta hermosa dama, e inteligente.
Su noviazgo lo refiere en correspondencia a su
"com padre" Flores: "retornando a usted las
m em orias de parte de M adame Rocafuerte" y
posteriormente participa de su matrimonio:" y
para no perder más tiempo a doña Balta el
jueves pasado la inicié en los misterios de Isis
después de haber recibido la bendición de mi
ilustrísimo tío. A nadie comunico esta noticia
a Quito porque hasta mañana no haré circular
aqui el aviso oficial, que se acostum bra en
estos casos".

El idilio fue corto, no fue la boda
de cuentos de hada, ni de la Cenicienta, ni es
el Príncipe Encantado, más bien el romance de
la Bella y la Fiera.

Y en o tra carta diría: "pongo en
notic ia a usted que el 10 del corriente me
enlacé con la señora Baltazara Calderón y que
ella como yo nos ofrecemos a usted en nuestro
nuevo estado".

El matrimonio fue íntimo, se casan en
la Capilla del Palacio Episcopal de Guayaquil el
jueves 10 de Febrero de 1842, el Obispo de la
diócesis Dr. Francisco Xavier Garaycoa Llaguno
bendice al Gobernador de la provincia y a la
señorita Baltazara Balderón después de cumplir
con las d isp e n sa s e im p e d im e n to s lega les
debidamente justificados, son sus padrinos Don

Manuel Antonio de Luzárraga, sobrino político de
Rocafuerte y Doña María Eufemia Llaguno de
Garaycoa, abuela de la novia y los testigos Don
Domingo de Santistevan, hermano político del
nov io y el Dr. Luis F e rn a n d o V ivero , tío
político de Balta.

Rocafuerte la recueda y tiene presente
su a fec to , a b n e g a c ió n y c o m p a ñ ía en su
abundante epistolario "crece mi deseo de irme
con Balta a sepultarme a el Naranjito". El
m a tr im o n io es feliz , e lla es la c o m p a ñ e ra
inseparable de su esposo en todo momento.

Estamos en octubre de 1842, una
epidemia de fiebre amarilla azota despiadamente
a G uayaquil, que se convierte en "un vasto
cementerio, caos de espanto y horror", y es la
fiel Balta que en la lucha contra este flagelo es
el brazo de hierro que asiste al Gobernador:
"mi Balta la está pasando, pero ya está fuera
de riesgo" y es el admirador de su fortaleza y
v i ta l id a d pa ra a u x il ia r en las la b o re s de
enfermería que se ha instalado en la casa del
Gobernador de Guayaquil, "si no fuera por mi
Balta que ha pasado la epidemia, no sé como
me viera, pues ella sola hace más que diez
sirvientes juntos", la mortandad se cuenta por
carretadas, curas y funcionarios se sobrecogen de
miedo mientras su esposo y su tío el Obispo
salen a las calles abandonadas de los hombres
para rendir los últimos deberes de cristianos
"enterrar a los muertos" y ella ayuda hasta en
funciones que no eran de su obligación.

É Revista de la Universidad de Guayaquilî ívKSííííSSííííS®^

L uego la v e rem o s ju n to a su
compañero cuando éste deja la gobernación y
van a Quito.

Se desvanece la amistad con Flores
están en los extremos políticos y es el trueno
que despierta al ánimo del pueblo y los prepara
para el combate en la campaña civilista. Ella
e s tá en el ex il io con su esposo en Lima.
Regresan nuevamente en 1845 después de la
revo luc ión del 6 de M arzo, el gran tribuno
d ebe ir a la C o n v e n c ió n de C u en ca pa ra
in a u g u ra r la C o n s t i tu c ió n de la R e p ú b lic a
n a c io n a l i s ta , o tra vez le g is la d o r es e leg ido
P residente del Senado y luego es nom brado
M in is t ro P le n ip o te n c ia r io an te el C on g reso
Americano que pretendió reunir las repúblicas del
Pacífico contra la invasión que Flores preparaba
en Europa, nuevamente se embarcan para el sur
pe ro se rá la ú l t im a de él, pües se está
extinguiendo, el trajinar, malos caminos y mal
estado de salud lo em peoran, ella lo asis te
esmeradamente en su últimos días yace inclinada
sobre el lecho, la ternura solícita de su esposa
B alta , es su c o n su e lo ; él la ha n o m b rad o
heredera universal de su fortuna. En la alcoba
s ú b i ta m e n te s i le n c io sa sólo se e sc u c h a los
en trecortados sollozos y gem idos de ella, le
acompañan sus familiares íntimos y el religioso
Francisco de P. Vigil.

Queda viuda el 16 de Mayo de 1847.
Doña Balta con valor y resignación está presente
en las solemnes honras fúnebres del ilustre
estadista americano, recibiendo las condolencias

del Cuerpo Diplomático y Consular, de altas
autoridades Civiles y Militares, en la ceremonia
r e l ig io s a c e le b ra d a en la Ig le s ia de San to
Domingo y después acompañando el féretro en
el cortejo por 40 carruajes hasta el panteón
público de esa ciudad, el día 18 de Mayo, en
Lima. No volverá a casarse pues le es difícil
encontrar otro hombre semejante al perdido, le
so b rev iv e 43 años para m an ten e r v iv a la
memoria del ilustre gobernante, se convierte en
la continuadora de la labor iniciada por él y la
encontramos realizando obra sociales pero siempre
preocupada por el estado de su nación pues
todos los asuntos públicos le interesan vivamente.
Muy serena, siempre opinando patentizando sus
temores y esperanzas, emitiendo consejos de gran
prudencia y recomendaciones de gran utilidad:
"Yo no puedo menos que seguir con la más
solícita atención los acontecimientos de nuestra
p a tr ia d o b le m e n te q u e r id a por m í, po r mi
inseparable Rocafuerte y por mí". Igualmente
protestando por las causas justas y legítimos
derechos de la comunidad.

Pero doña Baltazara tenía que atender
los a su n to s r e la c io n a d o s con el e n ca rg o
testamentario de su esposo, vigilar los intereses
económicos y demás negocios pendientes dejados
en el Perú, sus arreglos en relación a las
casas de Lima y el Callao. Mientras que en
G u ay aq u il te n ía que d e d ic a rse a a su n to s
fam il ia re s e in te re se s de sus p ro p ie d a d e s
p rinc ipa lm en te del inm enso la tifund io de la
hacienda La Conduta (El Naranjito). Pero no
d escu id a en n in g ú n m o m en to a b r i l lan ta r la

:|í: Revista de la Universidad de Guayaquil

m e m o r ia de R o c a fu e r te así e sc r ib e v a r io s
artículos sobre la vida ejemplar de él publicados
en diarios como El Comercio de Lima en 1856.

Vive en Lima junto a su madre Doña
M anuela y sus hermanos Francisco y Carmen
siguen luchando por los principios libertarios y
dem ocráticos que sustentaron sus vidas. En
1854 acompañó a su madre en las gestiones
que realizara en Lima en defensa del capitán
F ran c isco C alderón G araycoa s ind icado de
a c c io n e s r e v o lu c io n a r ia s , pa ra lo g ra r un a
reparación oficial del agravio "el cuidado por la
reputación de una familia que cuenta en seno
servidores distinguidos del Ecuador".

Pero lo trascendental de doña Balta es
dedicarse de lleno a defender el honor político
de su "ídolo" ante los ataques de sus enemigos,
como es el caso del presbítero floreano Tomás
Hermeregildo Noboa, que pretendía empañar y
manchar la figura del infatigable luchador de
la emancipación americana. Con perseverancia,
erudición y exactitud recoge y presenta pruebas
ante los T ribunales de Justicia exig iendo la
rep a rac ió n p ú b lic a de ca lu m n ias , hasta que
finalmente después de 4 años de gestiones logra
que el Supremo Tribunal de Lima resuelva que
el ju ic io po r abuso de im p ren ta por las
declaraciones del cura no son conformes a la
verdad de los hechos históricos y luego de la
r e p a ra c ió n de sus d e tra c to re s f in a l iz a la
d e s t ru c t iv a cam p a ñ a ; a q u e llo s e sc r i to s
encuadernados se salvaron y hoy constituyen un

Revista de la Universidad de Guayaquil jg

docum ento de nuestra historia entre ellos las
cartas A la Nación escritas por Rocafuerte.

Al fallecer sus familiares, Baltazara se
traslada a Guayaquil, alternando su residencia
entre L im a y Guayaquil solucionado todo lo
pendiente, finalmente se estabiliza en el Puerto
Principal del Ecuador, aqui vive su herm ana
m ayor doña M ercedes Calderón de Ayluardo
también viuda y sola pues sus 4 hijos habían
fallecido.

En Enero de 1880 está presente en la
inauguración del primer monumento de bronce
eregido en Guayaquil para perpetuar el recuerdo
del g ran re p ú b l ic o , en la P la za de San
Francisco; ella cuidaría personalmente el jardín a
su alrededor.

En ju l io de 1881 p a r t ic ip an com o
padrinos de Honor la benemérita señora Baltazara
viuda de Rocafuerte y el banquero don Eduardo
A ro se m e n a M er in o , del p r im er local de la
Sociedad Filantrópica del Guayas, de la cual ella
es su principal benefactora.

En S e p t ie m b re 30 de 1884 está
p resen te y recibe ju s to al P res iden te de la
República Don José María Plácido Caamaño y
dem ás au toridades del Estado, las veneradas
cenizas de su esposo el ex-Presidente, traidas
desde Lima a su ciudad natal, depositando en
un sarcófago que había eregido en la Iglesia
Catedral, dando cumplimiento a la resolución de
la Asamblea Nacional de 1853.

Revista de la Universidad de Guayaquil

Baltazara dedica el resto de sus días
in v ir t i e n d o su fo r tu n a en in s t i tu c io n e s de
beneficencia, establecimientos educativos, hospitales,
C u e rp o de B o m b e ro s de la c iudad , dando
testimonio de su ferviente filantropía que siempre
la caracterizó.

En F eb re ro de 1890 d ic ta su
testamento cerrado en Guayaquil ante el notario
Angel Darío Maldonado. Y vive sola en su
casa residencial de la "ciudad vieja" donde la
acompaña su vieja esclava, sufriendo los dolores
de una n eo p la s ia m am aria que la ten ía en
agonía y ningún pariente la asiste por el temor
al contagio sólo las vecinas del barrio. Rinde
tributo a la vida el sábado 7 de junio de 1890
en su ciudad a la edad de 84 años.

El entierro es so lem ne, los diarios
p u b lic a n : " se lec to y n u m e ro so fue el
acompamiento que condujo a la última morada
los re s to s de la que fue D oña B a l ta za ra
Calderón V. de Rocafuerte, pocas veces hemos
adm irado hom enaje de gratitud m ás ju s to y
m e re c id o con el que se t r ib u tó ayer..."
"Guayaquil entero ha sentido el fallecimiento ■ de
esta distinguida señora y ese sentimiento unánime
de todo pueblo lo ha manifestado por acto de
solemne condolencia";... "el cadáver recorrió
desde la casa mortuoria de la ciudad vieja hasta
el C em en te r io , de spu és de v e r if ic a d o s
solemnemente los oficios religiosos en la Iglesia
San Francisco donde la asistencia fue numerosa",
"Dignos de alcurnia y de su nombre han sido

| Revista de la Universidad de Guayaquil
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las honras fúnebres rendidas a la ilustre finada
que en paz descanse", comentaron otros.

Días después al abrir el testamento se
enteraron que la inm ensa fortuna había sido
destinada a pocos familiares cercanos a ella y
de Rocafuerte, a los vecinos que asistieron en
sus últimos días, pero principalmente destinó a
las instituciones de beneficencia, filantropía y
educativas de Guayaquil, y para su ciudad "para
que a p ro v e c h e los b e n e f ic io s que p u e d a n
obtenerse con sus productos o rentas de las
haciendas"

Lamentablemente el albacea testamentario
ordenó que los archivos depositados en baúles
llenos de docum en tos im portan tís im os fueran
a r ro ja d o s al río al c ree r que e s tab an
contaminados. Realmente se los echó a la ría?
sólo el tiempo lo dirá...

La pareja no dejó descendencia, pero
queda el recuerdo, gratitud y ejemplo a seguir
para todas las generaciones.

N u e s t ro h o m e n a je a la m u je r
ecuatoriana factor determinante del desarrollo de
nuestra sociedad.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
1- CAMPOS SANTOS EFRAIN: Apuntes biográficos de don Vicente Rocafuerte,
impulsor de la independencia americana y Presidente de la República del Ecuador.

Litografía e imprenta L a Reforma. Guayaquil, 1936.
2 - CEVALLOS PEDRO FERMIN: Resumen de la Historia del Ecuador, desde
su origen hasta 1845, 3er. ed. 17 vol. Ed. Tungurahua. Ambato 1971-1975.
3.- DESTRUGE CAMILO: Album BIOGRÁFICO ECUATORIANO, Tomos l.ll, segunda

edición Banco Central de Ecuador, Guayaquil, 1984

4 - DIARIOS: La Reacción, lunes 9 de Junio de 1890 Diario de la Tarde,
Guayaquil.- El Censor, lunes 9 de Junio de 1890 Diario de la Tarde, Guayaquil.-
Ei Telégrafo, lunes 9 de junio de 1890 Diarb de la Tarde, Guayaquil.
5.- DOCUMENTOS HOLOGRAFICOS: Biblioteca de autores nacionales 'Carlos A.
Rolando". M.l. Municipio de Guayaquil.
6 - HUERTA PEDRO JOSE: Rocafuerte y la Fiebre Amarilla de 1842, imprenta
de la Universidad de Guayaquil, Guayaquil, 1984
7 - IDROVO TARQUINO ANIBAL: Vicente Rocafuerte el Sarmiento del Trópico.
Talleres Gráficos Nacionales. Quito. 1947.
8.- LANDAZURI CAMACHO CARLOS: Vicente Rocafuerte, epistolario Tomos I, II,
Banco Central de Ecuador, Dep. de Investigaciones y Cultura, Imprenta UNP. Quito,
1988
9 - MECUM KENT B.: Vicente Rocafuerte el prócer andante, Banco Central del

Ecuador, Guayaquil, 1983
10- MONCAYO PEDRO: El Ecuador de 1825 a 1875, sus hombres, sus
instituciones y sus leyes. Santiago de Chile, 1868.
11.- PEÑA, LORENZO Y OTROS: A la señora Doña Baltazara de Calderón. V.
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12- PEREZ PIMENTEL RODOLFO: El Ecuador Profundo, tomos I - IV. Ed.
Universidad de Guayaquil, 1988
13.- PEREZ PIMENTEL RODOLFO: Diccionario Biográfico del Ecuador, tomos I -

X. Ed. Universidad rje Guayaquil, Guayaquil, 1988-1995

14.- PINO ICAZA JOSE JOQUIN: Don Vicente Rocafuerte, expresión de
Amértc.a padre y educador de la nación ecuatoriana y tribuno del trópico costeño,

Rev. N. 68 Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, Guayaquil, 1960.
15.- ROBALINO DAVILA LU I
S: Orígenes de l Ecuador de Hoy. Vol. II,
Rocafuerte. Vol. III, La Reacción antifloreana, Talleres Gráficos Nacionales. Quito,

1964
16- ROCAFUERTE DE CALDERON GARAYCOA BALTAZARA: Testamento de
doña Baltazara Calderón de Rocafuerte. Archivo Fundación Casa de Don Vicente

Rocafuerte. Guayaquil 1890.
17.- ROCAFUERTE DE CALDERON BALTAZARA. Oficios dirigidos al Gobernador

Archivo Histórico del Guayas. Guayaquil.
18.- ROCAFUERTE BEJARANO JOSE VICENTE: Testamento de Don Vicente

Rocafuerte, En colección Rocafuerte, Ed. Fascimil e impresa.
19.- ROCAFUERTE BEJARANO VICENTE. Partida de Matrimonio. Febrero 10,

1842, en Rev. No. 75, Colegio Nacional Vicente Rocafuerte. Guayaquil, 1983,
1984
20- RODRIGUEZ O JAIME: Estudio sobre Vicente Rocafuerte, publicación del

Archivo Histórico del Guayas. Guayaquil, 1975
21- TOBAR DONOSO, JULIO: "Cartas de la Viuda de Rocafuerte". BANH,
XXVII No. 69. Enero-Junto de 1947
22- ZUÑIGA GARZON NEPTAU: Vicente Rocafuerte, 4 Vol. Corporación de
Estudios y Publicaciones. Quito, 1983