El aprendizaje colaborativo un proceso en la

interacción en los ambientes de aprendizaje de los niños de 3 años

 

Collaborative learning a process in the interaction in learning environments of children of 3 years

 

Sandy Contreras Chariguamán

María Noboa Torres

Araceli Lucio Quintana

 

 

 

 

 

 

 Fecha de recepción: 15 de febrero del 2016

Fecha de aceptación: 08 de marzo del 2016

 

 

 


El aprendizaje colaborativo un proceso en la

interacción en los ambientes de aprendizaje de los niños de 3 años

 

Collaborative learning a process in the interaction in learning environments of children of 3 years

Sandy Contreras Chariguamán [1], María Noboa Torres [2], y Araceli Lucio Quintana[3]

 

Como citar: Contreras, S., Noboa, M., Lucio, A. (2017). El aprendizaje colaborativo un proceso en la interacción en los ambientes de aprendizaje de los niños de 3 años. Revista Universidad de Guayaquil. 124(1), 30-46. DOI: https://doi.org/10.53591/rug.v124i1.640

 

Resumen: 

 

El aprendizaje colaborativo constituye una de las metodologías de aprendizaje que, a pesar de haberse establecido desde hace varios siglos atrás, en la actualidad nuevamente empieza a tener la importancia del caso dentro del salón de clase. Sin embargo, a pesar de su auge y los diversos estudios que validan sus beneficios, en realidad es muy poco lo que se conoce en relación a cómo puede desarrollarse dentro del salón de clase y qué elementos considera para la implementación respectiva. Bajo este contexto, el objetivo del presente manuscrito se centra en poner a disposición del lector un documento que enfoque el aprendizaje colaborativo como un proceso de interacción en los ambientes de aprendizaje de los niños de 3 años desde una perspectiva teórica en primera instancia y posterior a ello, a través de la aplicación misma del instrumento elegido identificar la conducta del infante y su comportamiento en el centro de enseñanza, el instrumento aplicado fue el inventario de conducta de niños CBCL (Child Behavior Checklist) a una población total de 19 niños, sin embargo, quienes respondieron este test fueron los padres de cada uno de ellos. Como principales hallazgos se encontró que los ítems que presentaron mayores inconvenientes durante la evaluación realizada fueron (no puede permanecer sentado o está muy inquieto, no puede esperar; lo quiere todo en el momento, destruye las


cosas de su familia o de otros niños, se frustra con facilidad) cuya calificación fue de 2, es decir según el parámetro de calificación del test fue “casi siempre”.

 

Palabras claves: aprendizaje colaborativo, procesos de interacción, ambientes de aprendizaje, inventario de conducta de niños.

Abstract:

 

Collaborative learning is one of the learning methodologies that, despite having been established for several centuries, now again begins to have the importance of the case within the classroom. However, despite its rise and the various studies that validate its benefits, in reality there is very little that is known regarding how it can be developed within the classroom and what elements it considers for the respective implementation. In this context, the aim of this manuscript is to provide the reader with a document that focuses on collaborative learning as a process of interaction in the learning environments of 3-year-old children from a theoretical perspective in the first instance and after this, through the application of the instrument chosen to identify the behavior of the infant and its behavior in the teaching center, the instrument applied was the inventory of children's behavior CBCL (Child Behavior Checklist) to a total population of 19 children, without However, those who answered this test were the parents of each one of them. As main findings, it was found that the items that presented the greatest inconvenience during the evaluation were (can not remain seated or are very restless, can not wait, wants everything at the moment, destroys the things of their family or other children, easily frustrated) whose rating was 2, that is, according to the test's rating parameter was "almost always".

 

Keywords: collaborative learning, interaction processes, learning environments, inventory of children's behavior.

 

 

 

 

Introducción 

 

El aprendizaje cooperativo ayuda a desarrollar diferentes habilidades y proporciona también varios beneficios y ventajas a los niños. Entre los cuales se puede destacar los siguientes: potencia la integración entre infantes de distintas culturas, costumbres y religiones. Los infantes aprenden a encargarse de sus tareas de manera cooperativa, además el modelo cooperativo permite maximizar todos los recursos con los que cuentan los docentes para que el proceso de enseñanza sea más óptimo. Se potencia también el pensamiento crítico en el infante dado que este tipo de aprendizaje permite una interacción directa con otros entes sociales. Es importante señalar también que cada alumno participa con igualdad de oportunidades y con el mismo grado de responsabilidad que el resto de los actores del grupo.

 

Al hacer referencia al aprendizaje colaborativo se podría concebir como algo que causa novedad y que relativamente se encuentra en auge. Dado sus beneficios y características que otorga al ámbito académico, asimismo podría ser catalogado como una metodología eficiente para dar solución a un sinnúmero de problemas viejos registrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sin embargo, esta situación no es nueva en el entorno educativo pues hace siglos atrás su uso era común, específicamente dentro de los siglos XVI, XVII y XVIII donde aparecieron las primeras tendencias pedagógicas que se enfocaban en la importancia del aspecto grupal dentro de la educación (León, 2013).

 

Asimismo, los antecedentes en cuanto se refieren al trabajo grupal en los centros educativos pone de manifiesto que uno de los métodos tradicionales y que con frecuencia se utilizaba dentro del ambiente pedagógico, durante el siglo XX era el conocido “Método de Aprendizaje Colaborativo” (Montalvo, 2017).  

 

Por otro lado, desde el punto de vista escolar, el ambiente de aprendizaje es concebido como un entorno creado por el docente con la finalidad de estimular al estudiante al aprendizaje. Es decir, se puede entender que el aprendizaje en los niños de educación inicial, se produce por la interacción verbal entre el niño y docente, y por las interacciones incluso hasta no verbales que se dan dentro de un determinado ambiente.

Bajo este contexto, el objetivo del presente manuscrito se centra en poner a disposición del lector un documento que enfoque el aprendizaje colaborativo como un proceso de interacción en los ambientes de aprendizaje de los niños de 3 años desde una perspectiva teórica en primera instancia y posterior a ello, a través de la aplicación misma del instrumento elegido identificar la conducta del infante y su comportamiento en el centro de enseñanza.

 

Marco teórico

 

Aprendizaje colaborativo 

 

Trabajar en forma colaborativa no es un tema fácil, dado que no es suficiente tener a disposición un grupo de personas para que desarrollen una determinada actividad y esperar a que el aprendizaje llegue por sí solo. Sino que resulta indispensable estructurar ciertas actividades que ayuden al logro de los objetivos previamente establecidos. De forma general se pueden identificar tres tipos de aprendizaje, siendo estos: individual, competitivo y colaborativo. Dentro del aprendizaje individual, el éxito de un estudiante no depende del éxito de los demás; en cambio dentro del aprendizaje competitivo, el éxito del alumno depende del fracaso de los demás, mientras que en el aprendizaje colaborativo, el éxito del estudiante está en función del éxito de los demás (Collazos y Mendoza, 2006).

 

Por otro lado, bajo la perspectiva de Peirotén (2015) el aprendizaje colaborativo representa una técnica didáctica que estimula el aprendizaje del estudiante a través de una metodología fundamentada en el trabajo en grupos pequeños, donde los estudiantes con diferentes niveles de habilidad utilizan una diversidad de actividades de aprendizaje con la finalidad de mejorar su entendimiento sobre una determinada asignatura. A partir de aquello Espinoza (2015) menciona que “cada integrante del grupo de trabajo es responsable no solo de su aprendizaje, sino también de ayudar a sus compañeros a aprender, creando con ello una atmósfera de logro que permitirá un aprendizaje compartido”.

 

Es decir, de forma general el trabajo colaborativo constituye un proceso de edificación social, en el cual cada estudiante o persona adquiere más conocimientos de lo que asimilaría por sí solo, dado a la interacción continua que se produce con otros participantes del grupo conformado. Bajo esta figura, el resultado final de una actividad desarrollada en conjunto, es decir, de forma colaborativa posee un valor superior en relación a la suma que tendrían las actividades individuales desarrolladas por cada uno de los miembros de estos grupos. Por lo tanto, las actividades colectivas vistas desde cualquier enfoque fomentan diferentes formas de relación y asociación entre los diferentes actores que participan en estos grupos de trabajo.

 

Actividades colaborativas

 

 Como es conocido dentro del argot popular “el éxito de una persona se relaciona directamente con el éxito de los demás en actividades de aprendizaje colaborativo aspecto al cual se lo conoce como interdependencia positiva” (Collazos y Mendoza, 2006). De esta manera, el término interdependencia hace referencia al mecanismo que fomenta y consigue la colaboración dentro de equipos de trabajo. Es por ello que, la razón principal para que un docente aplique esta metodología de trabajo conjunto es para conseguir grupos colaborativos de manera que se produzca una interdependencia positiva entre sus actores. Bajo estas características, se puede argumentar que la interdependencia positiva constituye un atributo indispensable dentro de un ambiente de aprendizaje colaborativo, escenario que puede tomar varias formas como: tareas, objetivos, recompensas, roles, recursos, entre otros. A continuación, dentro de la figura 1. Se esquematiza el aprendizaje colaborativo identificando actores, herramientas y actividades.

 

Figura 1. Esquema colaborativo 

                                                                         

 

 

 

Procesos de interacción 

 

Otro aspecto interesante a ser tomado en cuenta dentro del presente manuscrito constituye los procesos de interacción que se produce dentro de los ambientes de aprendizaje, así pues, los niños entre los 3 y los 6 años, aprenden hacer nuevas amistades, es decir, interactúan con otras personas desconocidas a su entorno común, sobre todo esta interacción se da con pequeños de su misma edad, acciones que encaminan al aprendizaje y adaptación a formas nuevas de relacionarse y vivir en el entorno que los rodea (Betancur, 2010). 

 

Para que se genere una interacción positiva entre niños, es necesario en primera instancia entender al espacio como ámbito, es decir un elemento de vínculo y conexión entre las diferentes personas que interactúan en él. Por lo tanto, bajo la perspectiva de Duarte (2005) “entender el espacio como ambiente es entender las relaciones entre el individuo y el entorno en el que interactúa, así como la capacidad de poder proyectarse hacia él”. 

 

La palabra “ambiente” registra sus inicios a inicios del siglo XX como una connotación aportada por los geógrafos de aquella época con la finalidad de ampliar el alcance del término “medio”, el mismo que hacía referencia de forma exclusiva únicamente al aspecto físico, sacando de la jugada la incidencia de las personas para la evolución del entorno (Del Carpio, 2015). Razón por la cual, el ambiente surge de la interacción entre el hombre y el entorno que lo rodea, en ella necesariamente debe trascender la noción del espacio físico además de abrirse a las diferentes relaciones humanas que aportan sentido a su existencia. Por lo tanto, el ambiente, a partir de esta perspectiva, es considerado como un espacio de edificación significativa de la cultura. Es decir, “un espacio y un tiempo en movimiento, donde los participantes desarrollan habilidades, capacidades, valores, competencias” (Duarte, 2005).

 

Bajo estas características, la interacción sujeto-entorno se da en un espacio amplio, dado que para el niño el entorno está constituido por los demás niños, aquellos que le parecen más amigables y por ende más accesibles, además dentro de esta interacción, los espacios son indispensables debido a que los muebles y sus límites, constituyen los objetos con los cuales el niño puede jugar, interactuar, actuar e imaginar. Por lo tanto, el entorno constituye la invitación a actuar para el niño (Riera, Ferrer y Ribas, 2014).

 

Ambiente de aprendizaje 

 

Las definiciones del ambiente de aprendizaje ha tenido diferentes enfoques con el paso de los años, por ejemplo, en la década de los noventa, el ambiente de aprendizaje era entendido como un espacio estructurado donde se articulaban diferentes elementos y relaciones necesarias con la finalidad de lograr los objetivos preestablecidos, además este ambiente no sólo era concebido como un espacio de generación de conocimiento, sino también como un espacio dinámico y complejo que sufría variación en el tiempo y que además se adaptaba a las necesidades de los estudiantes, es decir que era flexible (Jamauca y Imbachi, 2017).

 

Por otro lado, a inicios del siglo XX, el ambiente de aprendizaje tenía otra connotación, debido a que su estructura estaba dada por cuatro dimensiones claramente definidas e interrelacionadas entre sí. En ella, se apreciaba la dimensión física, es decir, que es lo que se encuentra en el espacio y cómo es su organización, la dimensión temporal, que no es otra cosa que cuándo y cómo era su utilización, la dimensión funcional, es decir, la forma de utilización y el para qué y finalmente, la dimensión relacional, que hacía referencia a quiénes y en qué circunstancias se daba aquella situación (Del Carpio, 2015). Bajo esta perspectiva y desde el punto de vista escolar se puede entender entonces al ambiente como una estructura conformada por cuatro categorías las mismas que están directamente interrelacionadas, a continuación, dentro de la figura 2, se muestra aquellas dimensiones que forman parte del ambiente de aprendizaje.

 

Figura 2. Dimensiones del ambiente de aprendizaje 

 

      Dimensión física: se encuentra conformada por el material del ambiente, es decir, constituye el espacio físico que concentra: el centro educativo, las aulas disponibles y las áreas exteriores, además de sus condiciones estructurales, llámense las dimensiones, ventanas, puertas, tipo de suelo, etc. Es importante, desatacar que también forman parte de esta dimensión los objetos encontrados dentro del espacio, es decir, mobiliario, materiales, elementos complementarios, etc., y su consecuente organización, es decir, la distribución misma tanto de materiales como mobiliario dentro del espacio existente.

      Dimensión funcional: esta dimensión se encuentra directamente asociada a la forma de utilización de los espacios, la polifuncionalidad y el tipo de actividad para la que se encuentran destinados. En relación a la manera de utilización, los espacios pueden ser utilizados por el infante de forma autónoma o a su vez bajo la dirección y supervisión de un profesor.

      Dimensión temporal: esta dimensión se encuentra relacionada directamente con la organización del tiempo, es decir, se trata de la coordinación de los momentos en que los espacios van a ser utilizados. 

      Dimensión relacional. esta dimensión se encuentra asociada a las diferentes relaciones que se instauran dentro del aula, los mismos que tienen que ver con los aspectos asociados a las diferentes formas de acceder a los espacios, las normas y la forma en que se establecen, las diversas agrupaciones en la ejecución de las actividades. En donde, la participación del docente en los diferentes espacios y en las actividades que ejecutan los niños. (Del Carpio, 2015; Monroy, Ladino, & Sánchez, 2013; Pérez y Zelaya, 2017).   

 

En la actualidad y bajo la perspectiva de Gago (2013) esta definición va más allá de lo tratado hasta el momento y es comprendido como “aquella área de construcción, de intercambio, estimulador y reflexivo, tanto para estudiantes como para docentes”. Asimismo, Otálora  (2011) dentro de su publicación señala que se debe diseñar ambientes aprendizaje que apoyen de forma significativa, el crecimiento y desarrollo integral de los infantes. Sin embargo, para que realmente se enmarquen como áreas de aprendizaje, estos espacios en primera instancia deben ser creadores de múltiples experiencias para aquellos actores que son participes de este ambiente. Consecuentemente a estas perspectivas Riera, Ferrer y Ribas (2014) establecen que “un área educativa resulta significativa para el desarrollo en la infancia cuando el conjunto de situaciones relacionadas entre sí, benefician la construcción de nuevo conocimiento y permiten el crecimiento de formas de pensamiento más avanzadas y modalidades más complejas de interacción” (p. 24). 

 

 

 

 

 

 

 

Metodología 

 

La presente investigación tiene un enfoque mixto, es decir cuali-cuantitativo, dado que en primera instancia se desarrolló una revisión de literatura y posterior a ello se aplicó el test conocido como “inventario de conducta de niños CBCL (Child Behavior Checklist)” el mismo que se encuentra estructurado por 100 ítems que buscan medir la conducta de los niños de 3 años. La modalidad de investigación fue bibliográfica y de campo. Por otro lado, la población se estructuró por un total de 19 niños, sin embargo, quienes respondieron este test fueron los padres de cada uno de ellos.

             


Resultados 

Tabla 1. Principales resultados                                 Fuente: Investigación de campo  

 Descripción 

No es cierto 

16

6

11

11

7

5

8

7

4

12

11

8

6

10

14

14

10

10

6

8

13

17

11

14

9

12

A veces 

3

10

8

8

11

3

2

2

10

6

1

6

8

5

1

2

9

6

12

4

4

2

7

5

7

6

Casi siempre

0

3

0

0

1

11

9

10

5

1

7

5

5

4

4

3

0

3

1

7

2

0

1

0

3

1

Total 

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19


Figura 2. Principales resultados

 

 

 

Del instrumento aplicado se tomaron en consideración aquellos ítems más significativos en donde se encontraron los siguientes resultados: en relación al ítem dolores o quejas (sin causa médica), del total de padres evaluados, 16 personas aseguran que no es cierto que existan dolores o quejas en sus hijos, mientras que 3 mencionan que a veces se genera esta situación, por otro lado, en relación al ítem actúa como si fuese más pequeño que su edad, 10 padres mencionaron que a veces se presenta aquel escenario, 6 aseguraron que no es cierto y 3 padres coincidieron que esta situación sucede casi siempre. En relación al ítem tiene miedo ante cualquier cosa nueva, 11 padres consideran que no es cierto tal aseveración, mientras que 8 padres coinciden que a veces sucede tal situación. Asimismo, el ítem evita mirar a los otros de frente, 11 padres catalogan que no es cierto tal aseveración, mientras que 8 padres coinciden que a veces suele suceder. Otro ítem importante que fue tomado en consideración fue no puede concentrarse, no puede prestar atención por mucho tiempo, donde 11 padres dijeron que a veces pasa esta situación, 7 padres mencionaron que no es cierta tal aseveración y únicamente una persona manifestó que este contexto se presenta casi siempre. El ítem no puede permanecer sentado o está muy inquieto, destaca los siguientes resultados, 11 padres coinciden en que casi siempre suele suceder, 5 padres mencionan que no es cierto y 3 padres aseguran que a veces se da esta situación, Así también, el ítem busca pelear determinó que 6 padres aseguren que a veces se genera este escenario, 8 padres coincidieron que no es cierta tal situación y 5 contestaron que casi siempre sucede tal acción. 

 

De forma general, los ítems que presentaron mayores inconvenientes durante la evaluación realizada fueron aquellos cuya calificación fue de 2, es decir según el parámetro de calificación del test “casi siempre” presentan aquellas situaciones. Bajo este contexto a continuación, se describen aquellos ítems con mayores dificultades.

 

      No puede permanecer sentado o está muy inquieto, 11 personas aseguraron que esto sucede casi siempre, es decir, el 58% del total de evaluados.

      No puede esperar; lo quiere todo en el momento, 9 personas aseguraron que esto sucede casi siempre, es decir, el 47% del total evaluado.

      Destruye las cosas de su familia o de otros niños, 10 personas aseguraron que esto sucede casi siempre, es decir, el 53% del total evaluado

      Se frustra con facilidad, 7 personas aseguraron que esto sucede casi siempre, es decir, que el 37% del total evaluado.

 

 

 

Discusión y Conclusiones 

 

El tema de investigación enfoca el aprendizaje colaborativo, un proceso en la interacción en los ambientes de aprendizaje de los niños de 3 años, para ello, en primera instancia se determinó definiciones específicas según diferentes autores sobre cada una de las variables en estudio. En este caso, cuando se habla de aprendizaje colaborativo se entiendo como “el empleo didáctico en reducidos grupos en los que los estudiantes trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y él de los demás” (Ramírez, 2013). De hecho, la característica principal de este aprendizaje se centra en la exigencia al estudiante de trabajar con otros. Mientras que, cuando se habla de aprendizaje colaborativo, se hace mención al conjunto de métodos y metodologías didácticas de aprendizaje y enseñanza, que dan paso a la interacción social, trabajo conjunto y a la participación activa de los entes sociales en el proceso para lograr un objetivo de aprendizaje común entre todos los participantes (Londoño, 2008), en este caso, niños que se encuentren en una edad promedio de 3 años. Asimismo, la interacción que se genera entre el sujeto y el entorno es muy amplio, dado que, en los primeros años de vida, el entorno del infante lo constituyen sus otros compañeros,  además de los espacios disponibles y los objetos con los cuales puede interactuar (Riera et al., 2014). 

 

Es importante recalcar la evolución que ha sufrido la teoría del ambiente de aprendizaje que en sus inicios únicamente era considerada como un simple espacio donde se articulaban ciertos elementos y relaciones para cumplir con los objetivos de enseñanza, posterior a esta aseveración surgió la connotación donde se aseguraba que la estructura del ambiente de aprendizaje estaba dada por cuatro dimensiones claramente definidos e interrelacionadas entre sí (dimensión física, temporal, funcional y relacional). Hoy en día, la connotación va más allá de lo esperado dado que se considera al ambiente de aprendizaje como un área de construcción e intercambio de conocimientos, además estimulador y reflexivo, tanto para estudiantes como para docentes.

 

De forma general, los ítems que presentaron mayores inconvenientes durante la evaluación realizada en cuanto a la conducta del infante fueron (no puede permanecer sentado o está muy inquieto, no puede esperar; lo quiere todo en el momento, destruye las cosas de su familia o de otros niños, se frustra con facilidad) cuya calificación fue de 2, es decir según el parámetro de calificación del test fue “casi siempre”. 

 

Finalmente, se recomienda que una futura línea de investigación se centre en los beneficios que ofrece al infante el desarrollo del aprendizaje colaborativo tanto para su etapa académica como para su vida personal, además es importante analizar las conductas que presenta en esta etapa para conocer si el infante está actuando de forma correcta o necesita la intervención de profesionales para dar solución a estos desequilibrios.

 

 

 

 

 

 

 

 

Referencias bibliográficas

 

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[1] Maestrante, Universidad Estatal de Bolívar, Ecuador. Correo electrónico: sandy-1989@hotmail.es

[2] Licenciatura en Educación Parvularia, Universidad Estatal de Bolívar, Ecuador, Correo electrónico: mnoboa@ueb.edu.ec

[3] Docente., Universidad Estatal de Bolívar, Ecuador, Correo electrónico: alucio@ueb.edu.ec