Art. 42.- Responsabilidad Administrativa. El
Servidor Público que incumpliere sus obli-
gaciones o contraviniere las disposiciones de
esta Ley, sus reglamentos y leyes conexas,
incurrirá en responsabilidad administrativa
que será sancionada disciplinariamente, sin
perjuicio de la responsabilidad civil o penal
que pudiere originar el mismo hecho.
Art. 43.- Sanciones Disciplinarias. Las san-
ciones disciplinarias por orden de gravedad
serán las siguientes:
a) Amonestación verbal
b) Amonestación escrita
c) Sanción pecuniaria administrativa
d) Suspensión temporal sin goce de remu-
neración, y
e) Destitución.
Como podemos observar, la Ley es bastan-
te avanzada en cuanto al establecimiento de
las reglas del juego dentro del rol del buró-
crata en la administración pública y sus res-
ponsabilidades. Desafortunadamente, no se
ha trabajado lo suciente para hacer efectiva
la Ley, ya que el mayor desincentivo a la co-
rrupción es el castigo en base a la Ley, y el
mejor incentivo a la corrupción, como ya se
dijo, es la impunidad.
6.- LA CIUDADANIZACIÓN
DEL CoNTRoL CoMo
ARMA CoNTRA LA
CoRRUPCIÓN EN EL
SECToR PÚBLICo.
Por lo expuesto, se necesita del poder ciu-
dadano para fortalecer la lucha contra la co-
rrupción. Según la teoría positivista de la
burocracia (Moe 1990), los grupos de interés
(stakeholders) y las veedurías siempre han
existido, aunque en reducido número y con
intereses concentrados. La idea ahora es que
hay que ciudadanizar estos grupos de interés
para que sea la ciudadanía activa la que ayude
a sus gobernantes en los distintos niveles de
gobierno, a hacer bien las cosas.
El gran error de las democracias representa-
tivas es que se dejan solas a las autoridades
democráticamente elegidas en el manejo de la
cosa pública. La mayoría de las veces se les
exige características y comportamientos inal-
canzables, humanamente insostenibles. Para
que funcione la democracia, las funciones del
Estado (sobre todo la legislativa, la scaliza-
dora y la ejecutiva) deben ciudadanizarse, de-
ben ser más participativas, ya que la extorsión
y la malversación de fondos públicos ocurre
tanto por la acción de los corruptos como por
la inacción de los honestos.
Si la sociedad se hace de la vista gorda y la
Contraloría encubre los procedimientos ile-
gales, la corrupción va a permanecer por mu-
cho más tiempo en el Sector Público. Pero
en la medida que se ciudadanice al Estado,
mediante la formación de una función sca-
lizadora ciudadana que incluya Veedurías,
Contralorías Sociales, Comunidades de Eva-
luadores Extendidos de Programas y Proyec-
tos y Grupos de Consumidores que trabajen
de manera interconectada, en forma de redes,
entonces la lucha anticorrupción será más
manejable y efectiva, tanto para gobernantes
como para gobernados.
La Contraloría Social, al involucrar a múltiples
sectores en la lucha anticorrupción, advertirá
a la ciudadanía de los “riesgos morales” de
la burocracia y eliminará la racionalidad li-
mitada presente en los actuales organismos
de control. Esto obligará a la burocracia y a
las autoridades a ser más ecaces, ecientes
y efectivos.
Si la actual Asamblea Constituyente del
2007–2008 cumple a cabalidad su tarea, e in-
cluye en la Constitución mecanismos de Con-
trol Ex – Ante y la presencia del poder sca-