Tecnologías y Enseñanza de la Arquitectura.
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Revista de la Universidad de Guayaquil Nº 114,
Septiembre - Diciembre 2012, ISSN 1019 - 6161
velocidad con que aparecen estos adelantos, de-
bido a diferentes situaciones.
Las comunidades están colmadas de estas tec-
nologías con el consiguiente compromiso y riesgo
que esto conlleva, las novedades de toda índole
están marcadas por el uso de las TIC, el saber
humano encuentra un acelerado desarrollo por
la constante uidez de información que llega a
su poder, pero también se siente lanzado a nue-
vos retos y aplicaciones, en todo el contexto de
su existencia.
“La mayor parte de los benecios derivados de
la ciencia están desigualmente distribuidos, a
causa de las asimetrías estructurales existentes
entre los países, las regiones y los grupos socia-
les, además de entre los sexos. Conforme el sa-
ber cientíco se ha transformado en un factor
decisivo de la producción de bienestar, su distri-
bución se ha vuelto más desigual. Lo que distin-
gue a los pobres (sean personas o países) de los
ricos, no es sólo que poseen menos bienes, sino
que la gran mayoría de ellos está excluida de la
creación y de los benecios del saber cientí-
co.” (UNESCO,Declaración de Budapest, 1999).
Como bien lo señala el inciso anterior de la de-
claración de Budapest, sin embargo de todos
los adelantos cientícos y tecnológicos existen
situaciones que deben superarse, como las gran-
des diferencias que se acentúan en lo relacio-
nado con la economía, no permitiendo incluso
el acceso a la información y el conocimiento de
todos estos avances, lo que a la vez agranda la
brecha tecnológica y de asistencia cientíca a
los países en vías de desarrollo remarcando el
subdesarrollo de éstos, y vuelve muchas veces
estéril la lucha que están librando de manera
constante por la sobrevivencia de sus socieda-
des.
Otra arista de los procesos actuales de la cien-
cia, la tecnología y su contexto social, es lo
que tiene que ver con la ética y la amenaza que
produce la ciencia al medio ambiente, si las in-
vestigaciones y logros cientícos no son lleva-
dos dentro de un estricto marco ético, pueden
desembocar en acontecimientos catastrócos,
como guerras químicas o creación de armamen-
tos de destrucción masiva, mal manejo de las
centrales nucleares y su consiguiente derrame
de radiaciones, lo que es completamente nocivo
para el ser humano y el planeta, situaciones que
pueden llegar a dañar gravemente el entorno y
destruirlo nalmente.
“La ciencia y la sociedad en riesgo, analiza-
da desde la perspectiva de su función social y
práctica, nos permite concluir que frente a las
paradojas del desarrollo tecnocientíco, es im-
prescindible situar la responsabilidad social, los
valores y la ética de los actores del desarrollo
tecnocientíco.” (Dra.Nereyda Moya, Dra. Ma-
rianela Morales, 2011), ratican lo importante
del componente ético y la responsabilidad so-
cial de quienes tratan con las TCS.
“En este contexto de ciencia, tecnología, ries-
gos, incertidumbres y consiguientemente las
aportaciones cognoscitivas que sugieren sus ne-
xos, requieren con una mayor fuerza de princi-
pios éticos que logren situar a los públicos CTS
en una relación verdaderamente democrática en
el análisis, evaluación, gestión y toma de deci-
siones, no solo para dar solución a riesgos ya ge-
nerados por la introducción de una nueva apor-
tación tecno cientíca, sino en la determinación
de cuál es más conveniente y apropiada para un
contexto especíco” (Dra.Nereyda Moya, Dra.
Marianela Morales, 2011).
Las alertas han sido, lanzadas por los mismos
cientícos, intelectuales y activistas que ven en
las prácticas cientícas, componentes no éticos
y benecios dudosos para la sociedad, lo que fue
puesto al descubierto con la publicación “El li-
bro de Rachel Carson Silent Spring (1962), que
reveló los riesgos asociados al uso de insecti-
cidas como el DDT, desencadenó críticas a los
posibles daños ambientales de las tecnologías”
(Núñez, Ciencia y Cultura en el cambio de siglo A
propósito de C:P: Snow).
Sin lugar a equivocarse, el hacer Ciencia y Tec-
nología sin considerar los componentes ético,
social y el impacto que estas producirían en el
ambiente y el entorno social, pone en tela de
duda el real benecio para el ser humano, como
lo demuestra James Watson, premio Nobel 1953,
que “publicó en 1962 La Doble Hélice, donde
confesaba que para alcanzar su objetivo primero
que otros se había comportado como un hombre
dispuesto a todo. Espionaje, mezquindades, fal-
ta de escrúpulos, irteos románticos, codazos,
eran los ingredientes de una historia que no se
reducía a la búsqueda desinteresada de la ver-
dad.” (Núñez, Ciencia y Cultura en el cambio de
siglo A propósito de C:P: Snow).
Todas las consecuencias y maniestos temores
obligan a estas sociedades a estar mucho más
alertas, para evitar el impacto negativo que