LA OTRA HISTORIA: El Ecuador
contra la dependencia y la intervención
Dr. MANUEL MEDINA CASTRO,
- Guayaquil, 1984. Edición auspiciada por
los amigos del autor.
Carlos Calderón Chico.
Para ningún lector atento de ios problemas contem porá
neos del país y latinoamérica, la figura del historiador Ma
nuel Medina Castro, puede serle desconocida. A utor de más de
media docena de libros entre los que sobresalen: Estados Uni
dos y la independencia de América Latina, 1947; el Guayas,
Río Navegable, 1951; Estados Unidos y América Latina, Siglo
XIX (Premio Ensayo Casa de las Américas, 1968); La doctrina
y la Ley de seguridad nacional, 1979; La responsabilidad del go
bierno norteam ericano en el proceso de la mutilación territorial
del Ecuador, 1980; El conflicto de las Malvinas, 1983, Grana
da (Reagan en el banquillo), 1983; La guerra total, c o a u to r,
-----
1982 y, el libro m ateria de este comentario.
En nuestro artículo en que reseñábamos ACONTECIMIEN
TOS EDITORIALES DEL AÑO 1984 (MERIDIANO, Enero lo .
de 1985), decíam os acerca de este libro que es < profundam ente
polémico; sintiendo que cada zarpazo de la diplom acia nortea
mericana es una herida profunda en la conciencia nacional= .
Releyendo ciertos capítulos, comprendemos cuales han sido las
vicisitudes de nuestra Historia en su intento por explicar conse
cuentem ente los hechos por ella experimentados. En este senti
do, mucho tiene que ver la posición o ideología del estudioso
de nuestra realidad (economista, historiador, antropólogo, nove
lista, poeta, cineasta, etc. ó De ello se derivarán una serie de re
sultados, que es e! que a la larga explica tal o cual obra.
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
Señalar con patriotism o todo cuanto ha significado inutili
zación, desmembramientos, no es una actitud contraria al inte
rés nacional, es al contrario, de interés nacional. Pues siempre
debe imperar la verdad, a costa de cualquier sacrificio. En este
sentido, el historiador González Suárez, dejó una verdadera lec
ción al denunciar los vicios y crímenes en el seno de la iglesia
católica en el período colonial. Medina Castro, documentada
mente, enfoca las relaciones comerciales de Estados Unidos con
nuestro país desde los lejanos tiem pos de la Gran Colombia. Se
ñala como la diplomacia norteamericana, felona como ha sido
su característica, busca siempre aplicar <la cláusula de la nación
más favorecida= , con el ánimo de sacar los mejores dividendos,
en las relaciones comerciales, en donde el <intercambio desi
gual= fue la filosofía siempre puesta en boga por el Departa
m ento de Estado, en la que sólo se ten ía en mientes los intere
ses de los grandes monopolios.
La doctrina Monroe, así como la política de <big stick=,
siempre fueron una unidad indisoluble en la diplomacia nortea
mericana. Desde los lejanos tiempos de los primeros héroes de
la independencia norteamericana, ya comenzaba a esbozarse lo
que sería la política norteam ericana: expansionista. <América
para los americanos= , del norte se entiende, siempre fue la divi
sa; de esta manera lograba apartar a las potencias europeas del
gran banquete que significaba este < patio trasero=, que era la
América Latina.
Medina Castro ha vuelto a recordam os nuestro <pecado ca
pital= : el de la ingenuidad, el dé nuestro entreguismo, nuestra
docilidad, la falta de argumentos para negociar, el de tener una
diplom acia que se asusta en las mesas de negociaciones. En cir
cunstancias especiales como en el gobierno de Antonio Flores,
para poner un ejemplo concreto, o cuando la Cámara de Comer
cio se opone rotundam ente a las pretensiones comerciales del
imperio, (claro son otros tiempos, cuando aún la burguesía era
capaz de tener gastos de esta naturaleza, ahora los tiem pos han
cambiado) son dignos de tom ar en cuenta; pero ese optimism o
que puede experimentarse por determ inadas coyunturas, se ve
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
'am ainado cuando surgen gobiernos entreguistas, los mismos que
sin ningún puder hipotecaron nuestra soberanía, o firmaron
convenios comerciales en que todas las de ganar la llevabán los
Estados Unidos. Para muestra veamos las acciones del presente
gobierno en lo que to ca a política internacional, etc. /
En nuestra política entreguista, existen las excepciones.
Eloy Alfaro, Peralta, son una de ellas. Sometidos a presiones,
supieron m antener el sentido de la dignidad y el decoro nacio
nal. Una buena explicacjpn al respecto nps la proporciona Me
dina Castro: <por segunda vez en menos de una década, el E-
cuador echó al canasto un tratado de reciprocidad propuesto
por Estados Unidos. Alfaro y Peralta organizaron el rechazo del
tratado. La advertencia de Alfaro en su mensaje, la nota de Pe
ralta, lo condenaron de antem ano . . =. Medina no ha hecho más
que recordárnoslo. De allí el m érito de sus trabajos. De esta ma
nera <el pensam iento antimperialista se despoja del sentido ro
mántico y el to no declamatorio, se vuelve objetivo, buido y a-
nalítico= (M.M.C., Estados Unidos y América Latina, Siglo
XIX, La Habana, 1969, p. 652).
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MOVIMIENTO OBRERO DEL
ECUADOR (1970-1979) Documentos
ELIAS MUÑOZ VICUÑA, y
LEONARDO VICUÑA IZQUIERDO,
Coleccn: Movimiento Obrero Ecuatoriano, N9 7,
Universidad de Guayaquil, Guayaquil 1985.
La década del setenta, presenta características peculiares
en el desarrollo de la sociedad ecuatoriana. El aparecimiento del
petróleo, con miras a la exportación, sentó las bases del modelo
agro minero exportador, o lo reforzó; igualmente esta riqueza
impulsó el aparecimiento de una vigorosa clase media, la misma
que por sus especiales características, se irá m odelando confor
me los dictados del <american way o f life= en la que el Ecua
dor, sus valores, (historia, costumbres) iría a im portar poco o
casi nada; de igual manera el proceso de industrialización (de
pendiente, ligado al capital extranjero) que comenzó a vivirse
con gran fuerza, fue creando o sentando las bases del apareci
m iento y conform ación de una clase obrera, con m ayor concien
cia de sus reivindicaciones, con un m ayor espíritu de lucha y, a-
sí como el afán de buscar la unidad del movimiento obrero.
Estas puntualizaciones, entre tantas otras (reforzamiento
del sector estatal de la economía, m ayor endeudam iento tan to
del sector público como privado, im plementación de obras fa
raónicas, etc.) nos pueden servir para comprender m ejor la diná
mica de la sociedad ecuatoriana en esta década, en donde la pre
sencia de una larga dictadura (empezada con Velasco Ibarra y
concluida con el Triunvirato Militar), de ingrata recordación pa
ra la clase obrera, servirán para com prender cómo el movimien
to obrero ecuatoriano, debió enfrentar no sólo la arremetida co-
yuntural de gobiernos reaccionarios, sino que debió así mismo
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
luchar contra to da una política antiobrera, que form ulada y e-
jecutada por las clases dom inantes (Cámaras de la Producción,
Estados Unidos, etc.), se plasmaron en leyes y decretos dicta
dos por los distintos regímenes que nos desgobernaron.
Todo ello, quedó plasmado en docum entos, hojas volantes,
discursos, afiches, etc. en esta < década infam e= . Infame deci
mos, por la promulgación de la Ley de Seguridad Nacional, la li
mitación del Derecho de Huelga, así como la ilegalización de
UNE, FESE, etc. que obedecía a la necesidad de ir reformulan-
do el aparato estatal, por así convenir a los intereses del gran
capital, que buscaba el ambiente propicio para sus inversiones.
En este contexto la clase obrera, tenía que ir buscando meca
nismos alternativos de defensa o contra respuesta. Sus voceros
supieron responder con honradez, con seriedad a los sectores an
tinacionales. Las centrales sindicales (CTE, CEOLS, CEDOC),
agrupadas en torno al FUT, los partidos de izquierda (Socialis
ta, Comunista, FADI); las Universidades del país, con sus análi
sis de la coyuntura, cuestionaron lo im procedente e im popular
de toda la legislación antiobrera que se expidió en la década del
setenta. Los muertos de AZTRA, es corolario de una política
represiva que no respetó la vida de los trabajadores, sino que en
todo instante se preocupó de salvaguardar los intereses del gran
capital. Todo ello, insistimos mereció la más dura condenación
del movimiento obrero ecuatoriano y de sus aliados de clase.
El historiador Elias Muñoz Vicuña y el economista Leonar
do Vicuña Izquierdo, estudiosos del movimiento obrero (ambos
han publicado una diversidad de trabajos sobre la clase trabaja
dora) se han preocupado de recoger todo ese rico material que
en su oportunidad fue el arma de la crítica que utilizó el movi
miento sindical para enfrentar a los gobernantes de turno. Pero
antes, nos brindan una esclarecedora introducción, donde el pri
mero de los nom brados (Muñoz Vicuña), analiza las repercusio
nes de la legislación antiobrera de los gobiernos dictatoriales, a-
sí como la lucha desplegada por los trabajadores en su afán de
buscar su derogación. Señala que es una necesidad insoslayable
la unidad del movimiento obrero que debe concluir en la unidad
de todos aquellos sectores explotados (obreros, campesinos,
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
etc), y que este trabajo es un aporte en este sentido, pues de
m uestra la necesidad de rescatar el pensam iento de aquel sec
tor.
Por su parte, el Eco. Leonardo Vicuña Izquierdo, actual
Vicerrector de la Universidad de Guayaquil, señala en su intro
ducción, los principales indicadores económicos, consecuencia
directa de las políticas económicas que en todo instante, como
ya expresáramos arriba, estuvieron dedicadas a golpear a los sec
tores laborales de la sociedad ecuatoriana; nos recuerda Vicuña
Izquierdo, que el aparecimiento del petróleo, en vez de signifi
car un alivio para las grandes mayorías, significó quebrantos,
mientras los ricos (que son pocos), se volvían más ricos, los po
bres profundizaban su pobreza. Este <espejismo= del petróleo
ensanchó la brecha social en el país, al punto que los sectores
obreros y campesinos, debieron realizar grandes huelgas nacio
nales con la finalidad de que sus planteam ientos tengan eco en
la sensibilidad de los gobernantes.
Las estadísticas, cuadros, que entrega el Econ. Vicuña, son
de gran utilidad para tod o aquel que desee conocer m ejor a su
país.
Entre tanto, los autores del libro, recogen desde esclarece-
dores estudios de Pedro Saad, Ricardo Paredes, pasando por do
cumentos emitidos por las Centrales Sindicales (FUT), o de Sin
dicatos, Universidades (Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad de Guayaquil), FADI, FEI, editoriales de El Pueblo
(Organo del Partido Comunista del Ecuador); cerrándose el li
bro con una serie de anexos, todo lo cual da una visión un tan
to completa de las actividades desarrolladas por el m ovim iento
obrero durante la década pasada.
Valioso aporte, que se constituye en una fuente inaprecia
ble de consulta para trabajadores, dirigentes sindicales, po líti
cos, investigadores, docentes, estudiantes y todo aquel que de
see saber la suerte de este país.
3 2 7
LA DINASTIA MASTUERZO
¿T
M. A. DELGADO R.,
Colección Universidad de Guayaquil N ° 10,
Litografía e Imprenta de la Universidad de
Guayaquil, 1984. Segunda Edición.
Una vez más, la Universidad de Guayaquil se hace presen
te en la bibliografía ecuatoriana, con la publicación de un ejem
plar rarísimo en los estudios históricos. < La Dinastía Mastuer
zo= , cuyo autor es M. A. Delgado R., que nada dice a los histo
riadores nacionales, pues nunca había aparecido con obras de i-
gual naturaleza, lo que nos lleva a suponer que debe tratarse de
un seudónimo, o caso contrario de alguien que escribió dicho
libro pensando más bien en <desfacer entuertos= en la política
ecuatoriana de la época, sin pensar en que su apellido descono
cido poco im portaría para el cometido de sus fines.
El responsable de la presente edición, el historiador Elias
Muñoz Vicuña, se encarga, en el prólogo del presente libro (99
págs.) de señalamos, que el mencionado apellido Delgado, bien
podría tratarse de un seudónimo utilizado por el Gral. Eloy Al-
faro, que a la sazón se encontraba desterrado en Lima y, que ha
ciendo un paréntesis de sus actividades revolucionarias, se dedi
có a responder a las ofensas y calumnias de que era objeto por
parte de los detentadores del poder político y económico de
su atribulada patria.
El libro en si, es una refutación a lo que en la prensa, o-
púsculos, etc., la Dinastía Mastuerzo (familia Flores Jijón) le
endilgaba al <viejo luchador= y a otros revolucionarios. A la es
pera de una oportunidad, y esta se presentaba, Eloy Alfaro o
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J)£¿ fi.j fj, rj, /
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ESTUDIOS Y ENSAYOS
AGUSTIN CUEVA SAENZ,
(Introducción, Bibliografía y Epílogo de:
ALFREDO MORA REYES),
Biblioteca de Autores Ecuatorianos, N9 54,
Facultad de Ciencias Económicas, Universidad y
de Guayaquil, Guayaquil 1985.
En un artículo publicado en Diario Meridiano y titulado
PIO JARAMILLO ALVARADO: PENSADOR DE NUESTRA
NACIONALIDAD (Enero 2 de 1985), decíamos que la re
flexión sobre nuestro ser nacional se inicia con Eugenio Espejo,
y agregábamos algunos nom bres: < Vicente Rocafuerte, Pedro
Moncayo, García Moreno, Mera, Montalvo, Peralta, Belisario
Quevedo, Jaramillo Alvarado, González Suárez, Espinoza Tama-
yo, Benjamín Carrión, Benitez Vinueza, Jijón y Caamaño, To
bar Donoso, Velasco Ibarra, Pedro Saad, entre otros, los mismos
que a partir de sus propias concepciones filosóficas y políticas,
indagan en el pasadopresente ecuatoriano=. Nos faltaba un
nom bre: AGUSTIN CUEVA SAENZ, uno de los pioneros d éla
moderna sociología ecuatoriana. Y no lo habíamos citado por
que sencillamente desconocíamos su valioso trabajo. Habíamos
leído solamente su célebre conferencia: NUESTRA ORGANI
ZACION SOCIAL Y LA SERVIDUMBRE, presentada a los
miembros de la Sociedad Jurídica literaria, allá en 1915 y, pos
teriorm ente publicada en la m encionada revista de la <Jurídi
coLiteraria= ; sin embargo dicha conferencia la conocimos en
REVISTA JURIDICOLITERARIA (NUEVA SERIE) No. 136
EneroMarzo de 1982. Felizmente, Agustín Cueva Sáenz, ya
no será un desconocido entre nosotros, pues la Facultad de E-
conomía de la Universidad de Guayaquil, nos entrega un valioso
volumen con una colección de sus mejores trabajos sociológicos
y jurídicos. El esfuerzo para que este libro sea una realidad se
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
lo debemos a Elias Muñoz Vicuña, Director de la mencionada
Biblioteca Ecuatoriana y al Dr. Alfredo Mora Reyes, lojano y
una de las personalidades que más ha hecho por difundir el pen
samiento de Cueva.
Ahora, queremos referirnos a este libro, que trae dos par
tes, los artículos de carácter sociológico y los jurídicos. En el
primero de los nom brados y, ya clásico en los estudios sociales
se destaca NUESTRA ORGANIZACION Y LA SERVIDUM
BRE, en la que Cueva hace un análisis histórico de lo que ha sig
nificado esa <llaga= en la sociedad ecuatoriana y como el con
certaje ha convertido en esclavo al indígena, el mismo que en
ningún m om ento ha gozado de protección social, a pesar de la
serie de enmiendas que las distintas constituciones ecuatorianas
han tratado de realizar para en algo aliviar la suerte de nuestro
compatriota. Con una erudición a todas luces aleccionadora,
sin que ello lo haga caer en farragosas y pesadas explicaciones,
el Profesor Cueva Sáenz se apoya en otras legislaciones, chilena,
española, italiana, etc. para demostrar cuan antihistórica resulta
la permanencia de tan despreciable institución económica y so
cial, que ha condenado al indígena a la más deplorable condi
ción humana.
Los resultados de esta notable conferencia, no se harían es
perar; ya antes, Luis A. Martínez, Carlos M. Tobar y Borgoño,
Abelardo Moncayo, entre otros, habían situado el problema en
la mesa de las discusiones de entonces; finalm ente para 1918,
estando de Presidente de la república, el Dr. Alfredo Baquerizo
Moreno se dicta la Ley que term ina con el concertaje, poniéndo
se fin a siglos de ignominia.
¿IMPERIALISMO O PANAMERICANISMO? es un fer
viente y patriótico alegato en contra de la prepotencia del Go
bierno de Estados Unidos que con argumentos deleznables co
mo siempre, pretende inmiscuirse en nuestra política, poniendo
como pretexto la falta de seriedad del Gobierno ecuatorianp,
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
cuando éste le reclama al empresario norteam ericano Archer
Hartmann, encargado de la construcción del ferrocarril por el
retraso en la entrega de dicha obra.
Los sofismas en que se apoya el Secretario de Estado nor
team ericano, para proteger a su súbdito, no son otra cosa que
la m ejor prueba de que la doctrina Monroe sigue presente, es
to es, que a los países de América Latina, los sigue considerando
como patio trasero de los Estados Unidos, sin respeto por sus
leyes, soberanía, etc.
Agustín Cueva, patriota como el que más, hace un análisis
de la mencionada situación, provocada por los propios delega
dos norteam ericanos, que cuando fueron designados por el Se
cretario de Estado Lansing, vinieron al Ecuador, conocieron del
asunto y cuando se entró a discutir el problema de la reclam a
ción form ulada por el Estado Ecuatoriano, se retiraron del país
sin ninguna consideración a nuestras leyes. Esto como es natu
ral despierta antipatías en unos casos, en otros la necesidad de
salir al paso con sólidos argumentos, que es lo que en su mo
m entó realizó Cueva Sáenz.
El análisis histórico que hace del desarrollo de la nación
norteamericana, es aleccionar en la medida que nos recuerda sus
afanes de grandeza y como esta situación se refleja en la acción
de sus gobernantes.
La crítica que hace contra el felonismo de Lansing al pre
tender enfrentar a los principales poderes del Estado ecuatoria
no, es una prueba, que Cueva no deja pasar por alto y fustiga a-
cremente esta actitud. Termina el artículo dando una alerta a
los ecuatorianos, sobre la necesidad de establecer mecanismos
que nos perm itan <alejar cautelosamente de nuestras obras pú
blicas nacionales a empresarios que tienen por norma cubrir con
la púrpura del imperialismo el incumplimiento de sus obligacio
nes=
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUI L
Inmerso aún en una filosofía positivista, donde el humani
tarismo burgués suele ser una práctica constante, el Dr. Agustín
Cueva, dicta una conferencia organizada por la Asociación de
Empleados a beneficio de la Sociedad de Señoras < La Gota de
Leche=, la que como su nombre lo indica, es una institución de
beneficencia. En esta conferencia que se tituló ESTRUCTURA
Y ESPIRITU DE LA NACION ECUATORIANA, hace un reco
rrido por aquellos aspectos que en el pensar de Cueva, constitu
yeron los hechos que solidificaron nuestra nacionalidad. Los
conceptos de patria, nación, nacionalidad, son recurrentes en es
te tipo de pensadores, cuyas ideas motrices aún se mueven en
fundam entaciones como las de Sarmiento, Alberdi, a quien ci
ta en el transcurso de la mencionada conferencia. Concluye la
alocución señalando el ejemplar espíritu de grandeza que ha ca
racterizado a los habitantes de esta tierra y con ella a la mujer
ecuatoriana, sinónimo de amor, generosidad y entrega total, en
momentos de adversidad de los que la patria nunca ha estado
exenta. Es el pensamiento final de esta intervención.
LA LIGA DE LAS NACIONES AMERICANAS Y EL
PROBLEMA DE LA RAZA, se constituye en otro estudio de
gran valor en su pensamiento. Tras dam os una aguda y pene
trante visión de las razas en el mundo, para lo cual cita a autores
y textos y en los que desecha conceptos anticientíficos sobre las
razas, demostrando que no existen razas superiores, si no la in-
tercurrencia de factores geográficos y climatológicos en la pre
sencia de las mismas. Señala igualmente que la raza americana y
dentro de ella la ecuatoriana, están llamadas a cumplir su misión
de universalidad, pues como indica al final de dicho ensayo:
<Cada nacionalidad tiene sus élites, su lote espiritual de hom
bres que pueden encarnar el ideal de la cultura americana. El
comercio, la m ayor participación idiom ática, la difusión de la
ciencia ensancharán el espíritu de unidad conciencial americana
y paulatinam ente la Liga iría incluyendo en su programa civili
zador nuevos tópicos, nuevas realidades, nuevas idealidades de
fraternidad continental= (p. 89).
A finales de la década del veinte, el país vive un clima polí
tico m uy agitado. El reformismo de los militares juliano ha lle-
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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUI L
'do a su fin. Incapaces de asumir el liderazgo político que en un
prim er m om ento se preveía, term inan entregando el poder a
los sectores que estuvieron detrás del golpe militar. Para 1929,
Isidro Ayora asume la Presidencia de la república; la Asamblea
Nacional cuyo máximo personero es el Dr. A gustín Cueva, es el
encargado de dar el discurso con motivo del juram ento de de
sempeño de su cargo.
En tal memorable discurso, Cueva Sáenz, traza la historia
del país. Señala los hechos fundam entales en su vivir y, con ello
cinco revoluciones, que a su modo de ver, son los hechos que
han perm itido el desarrollo del país. Ellas son: la independen
cia, verdadera <declaración de la nacionalidad ecuatoriana=
(p. 94), culmina en 1845. En este interregno, la figura de Roca-
fuerte emerge como constructor de las instituciones republica
nas; <Mas, sólo a los quince años de fundada la República, el 6
de marzo de 1845 estalló nuestra segunda revolución nacional= ;
sigamos con Cueva en la exactitud de su discurso: <nuestra ter
cera revolución fue característicam ente teocrática= , es obvio
que se refiere al Gobierno de García Moreno, en sus quince a-
ños de gobierno.
La cuarta es aquella que nos introduce en la m odernidad,
nos pone en contacto con el m undo y, es el inicio de un con
junto de reformas estructurales que cambiarán parte de la faz
del país, <la revolución del 95, dice Cueva, fue afirmación del
Estado ante la teocracia, el laicismo, la independencia del po
der espiritual y del poder tem poral= . <Fue el despertar del sen
tido económico en el pueblo ecuatoriano=. <El ciclo revolucio
nario de 1895 a 1925, en lo constitucional, define las garantías
del Estado y del individuo, lucha por su realización, cumplien
do así la segunda nota del liberalismo constitucional= . Y con
cluye señalando respecto de esta realidad: <fue el General don
Eloy Alfaro, el genio, el predestinado, el sím bolo y la férrea vo
luntad de esa transform ación= (p. 100). Hasta aquí la cuarta re
volución que señala Cueva Sáenz.
La quinta, es la juliana, <causas internas y externas= , hi
cieron realidad el movim iento del 9 de julio de 1925. Y enume
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
ra las obras del ciclo <revolucionario= , sobresale en él: la Mi
sión Kemmerer, eje de las reformas económicas introducidas en
el país. Quiere sancionar las obras que le correspondiera a la A-
samblea Nacional que él preside, pero decide esperar el fallo de
la historia, no sin antes esbozar algunos puntos fundamentales
del accionar de la Asamblea. Concluye señalando, con un opti
mismo digno de mejor causa: <Que el pueblo y el Gobierno del
Ecuador anuncien al m undo, una vez por todas, que en el fron
tispicio de la Patria queda inscrito para siempre el dístico del
sublime y atorm entado poeta: Paz, Paz=. Se refiere al Dante.
Concepciones sociológicas que nos pone al frente de un hombre
grave, honrado, para quien los conceptos de Patria, Nación, Na
cionalidad, perm anentes en sus estudios, son un indicativo de
cuanto im portó, para Cueva en este caso, el conocim iento y de-
sentrañam iento de los grandes problem as de su país, para los
cuales siempre buscó una solución, en el lugar en que se encon
traba.
Estudiar a Cueva, es una necesidad insoslayable, sirve para
solidificar nuestros conocimientos en torno a las raíces de nues
tra historia. Una acotación final y por demás sincera, que sus
estudios jurídicos, los enjuicie un jurista, yo me declaro <in
com petente=, para utilizar una grata expresión de nuestros jue
ces.
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PRENSA ALTERNATIVA
Hojas volantes (1934-1964)
Edición Fascimilar. Litografía e Imprenta
de la Universidad de Guayaquil,
Guayqauil 1984.
Un análisis correcto de las luchas del movimiento obrero
ecuatoriano necesariamente habrá de desembocar en una faceta
poco conocida: la utilización de una form a de cuestionam iento
de una realidad opresiva represiva; nos referimos a las hojas
volantes, tam bién llamadas <prensa alternativa= .
Teniendo en consideración que los grandes medios de co
municación, se encuentran en manos de los usufructuarios del
poder económico y político, la clase obrera, consciente de e -
sa realidad, ha tenido necesariamente que ir buscando mecanismos
alternativos que le permitan hacer conocer sus reivindicaciones
sociales. Para ello, ha recurrido a hojas volantes, que en el decu-
rrir del m ovimiento obrero ecuatoriano, han significado un gran
instrum ento de lucha, puesto que de esta manera, m uy eficaz
por cierto, sus demandas han sido al menos escuchadas. Este
mecanismo, que en ningún instante ha perdido fuerza, y cree
mos que seguirá siendo utilizado, necesita ser rescatado en su
dimensión histórica con la finalidad de que las nuevas generacio
nes de trabajadores, cientistas sociales, comunicólogos, puedan
conocer cuáles fueron las reivindicaciones que en su mom ento
planteó la clase obrera, en determinadas coyunturas históricas.
En este sentido, el esfuerzo realizado por la Facultad de
Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil, es digno
de todo elogio, pues ha logrado rescatar u na cantidad de estas
Q4 f l
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
'volantes, que circularon en los años treinta, hasta. mediados de
la década del sesenta y, en la que tan to las centrales sindicales,
partidos de izquierda, (socialista, comunista), sindicatos, etc.
dejaron sentadas sus protestas y reclamaciones por actos atenta
torios a sus intereses de clase. Y es que, las clases dominantes en
su afán de mediatizar el accionar del movimiento obrero, siem
pre negó o cobró muy alto por un espacio en las páginas de sus
diarios, para hacer conocer los planteamientos de la clase traba
jadora. De allí que, se hace necesario que estos sectores explo
tados, m antengan perm anentem ente en alto sus reivindicacio
nes, para obligar a que los gobiernos burgueses presten oídos a
sus reclamaciones.
Como señala Alba Chávez de Alvarado en su introducción
del mencionado libro, que <en estas hojas volantes, más que en
cualquier otro docum ento vamos a encontrar la vivencia de las
condiciones económicas, sociales y políticas en que se debatie
ron los luchadores populares=. Resulta por otra parte, que en la
mencionada publicación aparezcan volantes, que en su momen
to tuvieron una circulación muy restringida; dadas las condicio
nes de su circulación, resulta aleccionador y esclarecedor, no só
lo para los dirigentes y trabajadores de hoy, sino tam bién para
el estudioso de la realidad nacional, que necesita acudir a fuen
tes de prim era mano, en aquello que atañe con el movimiento o-
brero ecuatoriano, principalmente en un momento en que las
luchas de clase, por la consolidación de un movimiento obrero,
era en todo caso una señal indicadora de su combativa presen
cia en el escenario político del país. El rescate de estas hojas vo
lantes, o <prensa alternativa=, se da en mom entos en que los
medios de comunicación al servicio de la burguesía pretenden
ahogar las reclamaciones de los trabajadores, al cerrar sus pági
nas y sus espacios radiales y televisivos, para que éstos puedan
expresarse. De allí que, este libro se constituye en un aporte de
prim era m agnitud para el futuro, así como para entender cómo
fue el comportam iento de la dirigencia sindical en un pasado to
davía cercano en el tiempo.
'Ojalá que la labor emprendida por las autoridades de la
Facultad de Comunicación Social, se vea estimulada en la bús-
7 «
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