El Psicodiagnóstico
Psic. Clin. Franklin Andrade Fabre

El proceso psicodiagnóstico se expresa en la práctica profe­
sional del psicólogo com o una instancia y un momento de su
práctica, en la relación de dos o más personas en la que configu­
ran una situación en la estructura social manifestada en las rela­
ciones sociales de producción con roles bien definidos, tales co ­
mo examinador—examinado (s), analizador — analizado (s), psi­
cólogo — paciente (s).

Constituye una relación en la que una persona o familiar
solicita o pide ser examinaba, analizada, asesorada y , otra acep­
ta el pedido y se compromete a satisfacerla en la medida de sus
posibilidades.

Es una situación de constatación, de duración limitada cu­
yo objetivo es lograr una descripción y comprensión lo más pro­
funda y completa que sea posible del psiquismo, de los procesos
psíquicos, de la ideología del hombre concreto en una estructu­
ra social, en un momento histórico socialmente determinado.

Expresado de otra manera o forma, el psicodiagnóstico es
un proceso que investiga el psiquismo humano en el aqui y aho­
ra, por lo tanto, es una relación situacional, que enfatiza por u-
na parte, la investigación de algún aspecto particular según las
características o sintomatología, por otra parte abarca aspectos
del ayer, hoy y del devenir de la persona o personas examinadas,
analizadas y evaluadas; utilizando para el logro de tales objeti­
vos, técnicas tales com o entrevistas psicológicas, libres, semies-
tructuradas, estructuradas, etc., observación clínica, reactivos —
psicológicos y otros e incluso pruebas y derivaciones complemen
tariás de otras prácticas profesionales afines.

144 REVISTA DE LA

^E1 Psicodiagnóstico com o todo proceso tiene momentos
qué en la relación bipersonal, sea esta psicólogo—paciente, psi­
cólogo-fam ilia , psicólogo—grupo social, se manifiesta en un
orden más o menos sistemático.

La apertura del proceso psicodiagnóstico generalmente se
inicia con el primer contacto del interesado, puede ser directa
o por intermedio de otra persona.

La priritera entrevista es libre y en ella la persona entrevis­
tada nos facilita los datos de identificación y los motivos de la
consulta.

Posteriormente, ordenamos la información obtenida y en
base a ésta elaboramos preguntas que guarden relación con los
datos de la primera entrevista y otras, que nos faciliten informa­
ción de los antecedentes familiares y de su historia personal. Es­
te lo hacemos con el objeto de obtener la más amplia informa­
ción b io—psico—social familiar e individual.

Con estos cuestionarios realizados una o dos entrevistas se-
miestructuradas, para luego con las respuestas logradas analizar
las mismas, ordenarlas, separando los signos y síntomas para a-
gruparlos y de esta manera establecer criterios sirviéndonos de
nuestro instrumental teórico para a continuación seleccionar y
ordenar previamente los reactivos psicológicos que conform a­
rán la batería adecuada según el caso, preparando el ambiente
para la aplicación, luego las analizamos e interpretamos con los
métodos, técnicos y procedimientos que cada una requiera y a-
sí obtener resultados.

Los resultados de la batería se los integra a los signos y sín­
tomas obtenidos de las entrevistas y se elabora un resumen psi­
cológico en la que también debe constar los datos de la observa­
ción clínica adquiridos durante todo el proceso psicodiagnósti­
co. Información importante que nos permite elaborar síndro­

UNIVERSIDAD DE G UAYAQU IL 145

mes o apreciaciones psicodiagnósticas varias, facilitándonos cri­
terios psicodiagnósticos para si es del caso realizar pruebas com ­
plementarias de otras prácticas profesionales afines.

Una vez derivado el examinado a interconsultas, general­
mente médicas y pedagógicas, con los resultados obtenidos es­
tablecemos el psicodiagnóstico diferencial, el psicodiagnóstico
definitivo, pronóstico y psicoterapia aplicarse.

Finalmente se realiza la entrevista de devolución en la que
se informa al paciente (s) o familiares el resultado del proceso
psicodiagnóstico y se establece de mutuo acuerdo la alianza psi-
coterapéutica o proceso psicoterapéutico.

Como se puede deducir, el proceso psicodiagnóstico nece­
sita utilizar un encuadre a lo largo del mismo, lo que significa
mantener constante ciertas variables que intervienen en la rela­
ción bipersonal, familiar o grupal, com o son por ejemplo: La a -
claración de los roles respectivos es decir, la naturaleza y límite
de la función de cada parte integrante que el proceso desempe­
ña.

Por otra parte los lugares donde se realizarán las entrevis­
tas, horario y duración del proceso; el mismo que debe ser plan­
teado en términos aproximados, tratando de no plantear una
duración corta ni muy prolongada.

Finalmente, las fechas y horarios de las sesiones de trabajo,
si se trata de una consulta privada o de una institución. Es im­
portante tener en cuenta, que el encuadre no se puede definir
con absoluta precisión, porque el contenido y el m odo del for­
mularlos dependen en muchos aspectos, de las características
del paciente y sus padres.

Por lo tanto es preferible y recomendable aclarar desde el
comienzo ios elementos imprescindibles del encuadre dejando
para el final de la primera entrevista los restantes.

146 REVISTA DE LA

Percibir cual es el encuadre justo para el caso y poder lue­
go mantenerlo es un elemento muy importante com o difícil de
aprender en la tarea psicodiagnóstica, por lo que es conveniente
mantener una actitud permeable y abierta para no establecer
condiciones que luego resultan insostenibles, sea por falta de lí­
mites o límites muy rígidos, alargamiento del proceso, planteo
confuso de su tarea etc., todo esto perjudica especialmente al
paciente.

La plasticidad, la discriminación, la empatia, etica profe­
sional son condiciones muy importantes-y válidas cuando los u-
tiliza a los fines de ubicarse frente al caso con acierto y dar el
encuadre apropiado.