investigación guardan una relación directa según
el procesamiento de la información recabada
mediante los instrumentos aplicados.
En lo referido a la evaluación de los
indicadores de inteligibilidad del habla es preciso
señalar que autores como Bugueño et al. (2022)
destacan acerca de las áreas que tienen una mejora
terapéutica más significativa, coincidiendo con
expertos que mencionan los avances en la
inteligibilidad del habla, en la voz, en la intención
comunicativa, así como en la metría de los
enunciados. Por lo que se comparte que esto
mejora la participación, así como su estado de
ánimo, ya que el relacionarse nuevamente influye
directamente en estos aspectos, así como el apoyo
no verbal, mediante el uso de SCAA. Por otra
parte, es necesario destacar que, debido a la poca
existencia de protocolos específicos para la
intervención fonoaudiológica en la disartria
hipocinética, no hay estudios acerca de las áreas
que presenten mejoras notorias.
Además, consideran estos autores que es
aludido por parte de los expertos que una buena
intervención fonoaudiológica tiene un evidente
impacto en la calidad de vida, permitiendo mayor
participación en todo contexto al mejorar la
comunicación y entregar seguridad al usuario, ya
que, les permite percibir que pueden modificar la
forma en que se comunican, contribuyendo,
además, al impacto social y la autoestima.
En cuanto a los resultados del indicador del
tono de voz al hablar se coincide con
investigaciones realizadas como las de González
(2012) citado por Donneys et al. (2022) donde se
pudo comprobar que las características más
comunes son: “voz forzada, bradilalia, distorsión
de los sonidos consonánticos e hipernasalidad.
Estas alteraciones en conjunto causan
imprecisión articulatoria, volviendo el habla
ininteligible” (p. 23).
Es por ello se comparte la valoración realizada
por autores como Angiono et al. (2019) los cuales
consideran necesario aclarar que cada paciente
requiere de una valoración fonoaudiológica
extensa en todos los procesos motores básicos,
pues valoran que de esta manera, se tendría un
panorama acerca de la severidad de la disartria, lo
cual señalan que ayudaría a orientar la terapia y
definir los objetivos terapéuticos, enfocándose en
los contenidos y métodos que contribuyan a
mejorar la sintomatología de las áreas que
presentan mayor alteración.
En referencia a los resultados del indicador
velocidad en respiración cuando habla, autores
como Bugueño et al. (2022) hacen mención de la
incoordinación fonorespiratoria, resaltando que
este contenido es aludido dentro de la literatura
como una alteración consistente, no obstante, es
importante precisar que, para este estudio, es
considerado como un contenido de fonación.
Por lo que se la coincidencia con estos autores
cuando describieron como
principales
alteraciones la hipofonía,
temblor,
monointensidad y ronquera, lo cual se comprueba
con la información encontrada en los
instrumentos aplicados y la literatura consultada.
Es por ello se asumen de Agudo et al. (2022)
una pauta de comunicación que contempla lo
siguiente:
Hablar en la misma habitación uno frente al otro,
preferiblemente en ambientes tranquilos y no ruidosos,
mantener el contacto visual con el usuario, mantener
la atención hasta el final del discurso, dar el tiempo
necesario para que se exprese, no anticiparse a su
discurso, no asumir la respuesta del usuario, respetar
los turnos de conversación, no gritar ni subir el
volumen de voz, dar señales de comprensión, pedir
palabras claves para poder entender el mensaje, repetir
la última palabra que ha dicho la persona para
confirmar que lo ha entendido y pedir que le repitan
solo aquello que no ha entendido. (p. 56)