ECOAgropecuaria 2022 13
proteína y la generación de impacto social y
económico en diferentes poblaciones, se considera
clave para el desarrollo de los pueblos andinos
(Sánchez-Macías et al., 2022).
El uso de aminoácidos en la alimentación animal es
significativo, permitiendo aumentar la eficiencia
alimenticia y, por lo tanto, reducir la demanda de
alimento (Sturm et al., 2022). También se puede
optimizar la producción de cobayos al usar métodos
de evaluación de la calidad nutricional in vivo a través
de pruebas de digestibilidad proporciona buenas
predicciones de energía digestible y energía
metabolizable, fomentando la seguridad alimentaria
en países andinos (Castro-Bedriñana et al., 2022).
Sobre las necesidades de nutrientes a lo largo de la
vida del animal, Collado (2016) determinó que estas
varían según la etapa fisiológica (gazapos lactantes,
destetados, en crecimiento, engorde, reproductores,
hembras gestantes, hembras vacías y machos
reproductores), este autor enfatiza que mejorando el
nivel nutricional de los cuyes se puede intensificar su
crianza, y aprovechar convenientemente su
precocidad, prolijidad y habilidad reproductiva. Sin
embargo, las condiciones del ambiente, estado
fisiológico y genotipo influirán en los requerimientos
alimenticios. Por lo cual la investigación se plantea el
siguiente objetivo; desarrollar una formulación
siguiendo la proporción de aminoácidos esenciales en
relación a la lisina, para a atender los requerimientos
de estos aminoácidos, proporcionalmente de acuerdo
como se establezcan los niveles crecientes de lisina
en la dieta.
Así mismo NRC (National Research Council) indica
que el suministro inadecuado de proteína tiene como
consecuencia un menor peso al nacimiento, escaso
crecimiento, baja en la producción de leche, baja
fertilidad y menor eficiencia de utilización del
alimento. Para cuyes manejados en bioterios, la
literatura señala que el requerimiento de proteína es
del 20%, siempre que esté compuesta por más de dos
fuentes proteicas. Este valor se incrementa a 30 o
35%, si se suministra proteínas simples tales como
caseína o soya, fuentes proteicas que pueden
mejorarse con la adición de aminoácidos. Para el caso
de la caseína con L-arginina (1% en la dieta) o para el
caso de la soya con DL-metionina (0,5% en la dieta).
Evaluando niveles de lisina y AA en cuyes, Yoplac et
al. (2017) obtuvieron conversiones alimenticias de
3,6 con niveles de lisina de 0,78 y 0,84% y AA de
0,71 y 0,79%, manteniendo una relación de aa/ lisina
entre 91 a 94%. Airahuacho (2016) encontró una
conversión alimenticia promedio de 3,4 con dietas
que mantuvieron una relación aa/lisina de 70%. Así
mismo, en el estudio realizado por Remigio et al.
(2006) mostraron diferencias significativas entre
tratamientos en los pesos finales y ganancia de peso,
siendo los niveles de inclusión de lisina de 0,78% y
0,84% con la mejor respuesta.
Yoplac et al. (2017) demostraron que al incrementar
a 0,79% de los aminoácidos azufrados respecto a
niveles recomendados por el NRC de 0,60% y un
aporte de 0,84% de lisina en dietas integrales se logra
mejor ganancia de peso (827 g), favoreciendo esta
relación la mejor conversión alimenticia (3,63)
respecto a los demás tratamientos con niveles
inferiores de aminoácidos azufrados.
MATERIAL Y MÉTODOS
La investigación se realizó en el campus II de la
Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), región
La Libertad, Perú; geográficamente ubicada a 8°07’
latitud sur y 79°00’ longitud oeste y altitud de 89
msnm, con temperatura anual media de 20 °C. En la
investigación se utilizaron tres baterías de metal de
2,21 m de largo por 0,80 m de ancho y 0,45 m de alto,
de un solo nivel, piso y paredes de rejilla; cada una se
encontraba dividida en 10 jaulas, cada jaula con
dimensiones de 0,44 m de largo por 0,40 m de ancho,
las mismas que contaban con bebedero automático
tipo chupón y comedero tipo tolva, cada jaula alojó a
un animal. Se utilizaron 25 cuyes machos, mejorados
de 15 días de edad, recién destetados, con un peso
promedio de 229,57 ± 3,54 g, los mismos que fueron
distribuidos en los tratamientos (0,78; 0,84; 0,92;
0,96 1,00; 1,08; 1,16), estos recibieron similares
condiciones de manejo y alimentación durante el
experimento.
El periodo de evaluación se dividió en tres etapas:
inicio (16 a 33 días), crecimiento (34 a 53 días) y
acabado (54 a 64 días); se realizó el pesado de los
animales al inicio de la evaluación (16 días de edad)
y al final de cada etapa. Los animales se distribuyeron
al azar dentro de cada tratamiento, cuidando que
exista homogeneidad de los pesos al momento de la
instalación del experimento; para las distintas
evaluaciones se usaron formatos de registros. El
alimento fue suministrado a los animales de acuerdo
con los tratamientos asignados. Se utilizó solamente
alimento balanceado formulado y peletizado.
Las dietas fueron formuladas según los
requerimientos establecidos como tratamientos, con
base a la relación lisina - aminoácidos, determinados
a partir de los requerimientos de la NRC y los
estudios liderados por Vergara (2011). Los valores
de energía digestible de las dietas fueron de 3000,
2900 y 2800 kcal/kg de dieta, para las fases de inicio,
crecimiento y acabado, respectivamente. Dos días
antes del inicio del trabajo se desinfectaron las jaulas
y el galpón con hipoclorito de sodio (5%) y cal, a los
animales se dosificaron con ivermectina 1 %, por vía