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José Ángel González Alonso1
Ania Carballosa González
José Aurelio Díaz Quiñones
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Los principios de la cooperación internacional fundada en la
solidaridad, el reconocimiento y el apoyo mutuo, au¬téntica asociación
que redunda de modo equitativo, en beneficio de todos los interesados;
así como importancia de poner en común los conocimientos teóricos y
prácticos a nivel internacional de los nuevos avances tecnológicos,
deberían regir las relaciones entre los establecimientos de enseñanza
superior. Por todo ello, la labor como profe¬sor, es la de inculcar en el
joven el respeto, la tolerancia, comprensión, cooperación y convivencia,
con los demás sujetos del grupo sea de otra nacionalidad o no.
El principio humanístico depende de la capacidad de los profesores y de
estudiantes de contar con los valores de solidaridad y los morales que le
permitan comprender la necesidad de ayudar y vincular la cooperación
con estu¬diante de más dificultad. Es un principio que debe dotar al
futuro profesional de la salud, se debe entender que la diferencia es
proceso enriquecedor del contexto social y deben ser flexibles en este
sentido, evitando el racis¬mo, la xenofobia y el rechazo entre grupos
sociales que coexisten.
Esto indudablemente incide negativamente en la autopre¬paración y la
superación de los estudiantes por la desmo¬tivación y la falta de interés
por el estudio, sus capacida¬des intelectuales se afectan notablemente
y su cultura, lo que no permite recocer el rol de las nuevas tecnologías
en el desarrollo propio y para el bien de los demás (Viteri et at.,2022)
De este modo, hay que hacerles ver, que se deben res¬petar las demás
culturas, así como a todos los miembros que la componen, además de
las lenguas, los hábitos ali¬mentarios, el folclore, sus tradiciones, sus
costumbres, su ideología, sus conocimientos tecnológicos menos o más
avanzados etc.
Igualmente, el joven ha de conocer su propia cultura y mostrarla a los
miembros de otras culturas. Con todo esto se crean vínculos de afecto,
de apoyo, de solidaridad ha¬cia todas las culturas del resto de sus
compañeros y a la suya propia, se puede hablar de igualdad de
oportu¬nidades y la relación entre los aspectos tecnológicos y
científicos entre ambas comunidades para el bien común (Ruiz &
Álvarez, 2020).
“El modelo intercultural reconoce asimismo la compleji¬dad de lo que
somos como nación, no solo una sino mu¬chas culturas, es decir somos
una nación pluricultural, que no puede ni debe excluirse de los cambios
y del de¬sarrollo tecno-científico a nivel mundial, sino formar parte de
ello. He ahí, la necesidad una educación intercultural, pues bien, ambas
como se ha expuesto anteriormente deben ir juntas. No solamente es