La inclusión como una necesidad de la educación actual.
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Para los años 90 comienza a utilizarse el término de inclusión,
dominante en la práctica educativa y que pretendió sustituir el de
integración. La inclusión es considerada un concepto teórico a los que
han aportado en su concepción la Pedagogía, Psicopedagogía y
Psicología, considerado como el modo en que se da respuesta o
atención a la diversidad. Es importante reconocer que en la práctica
educativa, cuando se trabaja la inclusión, se debe evidenciar
humanización, todo estudiante debe ser aceptado, reconocido,
valorado, incluido, independiente de cualquier etnia, raza, religión,
cultura o cualquier aspecto lo que haga diferente.
Considerar la inclusión en el contexto educativo garantiza el acceso a
una educación de calidad para todos los alumnos, asegurando la
eliminación de las barreras y aumentando su participación para el
logro de los mejores aprendizajes. Permite además construir una
escuela donde las políticas se concreten en prácticas educativas con
estrategias pedagógicas diversificadas; donde todos sus miembros, ya
sean estudiantes con o sin discapacidad, con dificultades de
aprendizaje, con altas capacidades o con características de distinto
tipo (cognitivas, étnico-culturales o socioeconómicas, entre otras),
puedan acceder al aprendizaje con equidad.
Para (Sánchez Teruel & Robles Bello, 2019) consideran que al hablar
de la Pedagogía de la Inclusión se hace referencia a toda aquella teoría
educativa que pone de manifiesto y busca ofrecer una educación
integral y de calidad a todo el alumnado independientemente de sus
características personales y de los apoyos que puedan necesitar para
desarrollar al máximo su potencial personal.
Igualmente refieren que la educación inclusiva es aquella que se
ampara en el paradigma de ofrecer igualdad de oportunidades
educativas para todas las personas que intervienen en el proceso
educativo y que éstas oportunidades se traducen, fundamentalmente,
en dar una respuesta de aprendizaje acorde a las necesidades de cada
educando y que se deben desarrollar nuevas respuestas didácticas que
estimulen y fomenten la participación de todos los alumnos, con el fin
de fomentar su progreso académico y personal.
Para las instituciones educativas trabajar la inclusión conlleva a
prestar mayor atención a aquellos estudiantes que puedan tener mayor
riesgos de exclusión, vulnerables, haciendo énfasis en desaparecer las
desigualdades. Al tenerse en cuenta el diseño universal para el
aprendizaje es necesario considerar el acompañamiento al estudiante
como base sólida de este proceso, sin embargo, se suma a las
consideraciones que cada comunidad, cada alumno y cada familia