integradores, esta constituye una de las tendencias del desarrollo de la
ciencia y de la tecnología en la actualidad.
La complejidad de los problemas promueve que las disciplinas
autónomas desarrollen nuevas relaciones para lograr una compresión
e interpretación más integral de la propia realidad, aunque hayan sido
objeto de análisis de forma particular y especializada por la misma. Las
relaciones interdisciplinarias, desde esta arista son analizadas como
respuestas al estudio de un sistema complejo, que suscita no solo la
especialización del trabajo científico, sino además su recombinación.
La dialéctica del desarrollo del conocimiento científico, su carácter
contradictorio, muestra cómo una tendencia engendra la otra. Cuanto
más se desarrolla la diferenciación de las ciencias, tanto más se crean
las posibilidades para su integración.
Las relaciones que se establecen entre las diferentes asignaturas del
plan de estudio pueden ser una de las vías para lograr en los alumnos
esta transformación dirigida fundamentalmente, a que el niño sea,
dentro del proceso docente y en toda su actividad escolar y social,
activo, reflexivo, crítico e independiente, cada vez más protagónico en
su actuación, para fomentar en él, el amor y respeto hacia su patria,
su familia, su escuela y otras cualidades como las de ser responsable,
laborioso, honrado y solidario.
Las relaciones interdisciplinarias son una vía efectiva que contribuye
al logro de la relación mutua del sistema de hechos, fenómenos,
conceptos, leyes y teorías que se abordan en la escuela. Además,
permiten garantizar un sistema general de conocimientos y
habilidades, tanto de carácter intelectual como práctico, así como un
sistema de valores, convicciones y relaciones hacia el mundo real y
objetivo en el que les corresponde vivir y, en última instancia, como
aspecto esencial: desarrollar en los estudiantes una cultura general
integral que les permita prepararse plenamente para la vida social.
En el ámbito pedagógico, las contradicciones son cada vez más
evidentes: se presentan conocimientos fragmentados y se exige un
individuo cada vez más integral, un ciudadano crítico, participativo,
incluido e insertado en el contexto social.
En este sentido la labor del maestro será difícil si no es capaz de
encontrar elementos aglutinadores (los llamados nodos cognitivos) de
las asignaturas que imparte; de ahí que se hable de integración de los
contenidos y de relaciones interdisciplinarias, cuestiones sobre las
cuales existen diversos criterios.
Para afrontar este nuevo reto se requiere del dominio del contenido y
de una metodología que permita dar una visión lo más completa
posible, de la mayoría de los contenidos de los programas en su