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El tratamiento de las anemias hemolíticas
autoinmunes (AHAI) se basa en la evaluación
clínica individual, las características
inmunoquímicas de los anticuerpos que las
generan y su carácter idiopático o secundario.12
El tratamiento de las AHAI primarias varía de
acuerdo con su clasificación
inmunohematológica; en las generadas por
anticuerpos calientes el tratamiento de primera
línea son los esteroides.
De ser posible, debe evitarse la transfusión de
sangre. Hay un riesgo significativo de formación
de aloanticuerpos tras la transfusión en esa
situación, además, la hemólisis en curso puede
ser exacerbado por la transfusión, ya que los
auto-Abs también reaccionan con glóbulos rojos
transfundidos. La anemia solo debe ser
corregida en caso de síntomas clínicos. La
transfusión debe ser realizada bajo control de
parámetros vitales, tales como función cardíaca
(ECG), función renal y diuresis.13
El tratamiento de segunda línea son los
Anticuerpos monoclonales anti CD20:
Rituximab: corresponde a un anticuerpo
quimérico monoclonal anti CD20, molécula
expresada en todas las células B. Su
administración disminuye la producción de
autoanticuerpos mediante una destrucción
selectiva de estas células. La eficacia de
rituximab en AHAI por IgG es difícil de evaluar
de-bido a la considerable falta de estudios
prospectivos controlados. Hoy en día se le
considera como el sustituto a la esplenectomía
cuando un paciente es resistente a los
corticoides. El rituximab es bien tolerado, pero
pueden aparecer reacciones, escalofríos e
hipotensión, y se ha reportado que puede
causar una complicación muy rara, pero fatal,
leu-coencefalopatía multifocal progresiva
después de su administración.
Obinutuzumab: anticuerpo monoclonal tipo
2 con-tra CD20. Es un IgG1 que reconoce un
epítope único, y se ha demostrado mejor
capacidad de unión a linfocitos B que rituximab,
reduciendo el riesgo de modulación antigénica
por aumento de la depleción de células B.
Fármacos citotóxicos: la azatioprina y la
ciclofosfamida son los fármacos más utilizados
de esta categoría. Su mecanismo de acción es
disminuir la producción de autoanticuerpos,
mediante un efecto mielosupresor, por lo que su
uso tiene además efectos periféricos, como la
disminución en el recuen-to de células
sanguíneas, debiendo administrarse junto a un
quimioprotector (Mesna) y G-CSF para obtener
un tratamiento exitoso(56). Puede ser admi-
nistrado como monoterapia o en combinación
con corticoides.14
Los pacientes con AHAI por aglutininas frías
son refractarios al tratamiento con esteroides y
la esplenectomía; los que presentan anemia
estable poco sintomática suelen requerir como
único tratamiento evitar la exposición al frío, y
de requerir tratamiento adicional, el más
efectivo es el Rituximab, aunque también se
pueden emplear inmunosupresores como la
ciclofosfamida.16
Las AHAI mixtas se tratan de forma similar a
las calientes, en cuanto a la AHAI secundaria el
tratamiento se basa en tratar la afección
subyacente, por lo general con mejoría de la
clínica a pesar de mantener pruebas de Coombs
directo positivas a lo largo de su recuperación.15