Revista Conexiones UG • ISSN 2960-8147 • ISBN 978-9942-44-827-9 • enero-junio 2023 • Guayaquil - Ecuador • Vol. 1 Nº 1
26
Bioética y biopolítica. Dos dimensiones epistémicas divergentes en tiempos de pandemia desde una postura transparadigmática.
Dr. Gustavo A. Parra Fleitas
principio de acción el distanciamiento social,
como acción coercitiva reglamentada como
medida higiénico sanitaria y como dispositivo
normativo al estado de excepción. Esta tríada
integrada por el distanciamiento social, el
estado de excepción y la medicina/ciencia
son los elementos que constituyen las nuevas
disposiciones de gobierno que emanan de
organismos supranacionales que como la OMS,
han venido a rearmar el establecimiento de
órganos globales de gobierno con incidencia
directa en los estados nacionales, regionales y
locales, en una especie de supra soberanía.
Otras de las aristas sobre la que se ha
caracterizado el ejercicio del biopoder en el marco
de la pandemia Covid 19, es el que tiene que ver con
la tecnología, cuyos aportes: “Han transformado
signicativamente el modo de relacionarse,
organizarse y producir de la población, al punto que
se estima que más del 60% de la población mundial”
ha hecho uso o está utilizando las tecnologías de
la información y comunicación (TIC) para realizar
tareas habituales de comunicación de carácter
productivo, resolución de conictos y satisfacción
de necesidades, en una amplia gama de áreas como
la salud, la educación, la seguridad, el teletrabajo, el
intercambio comercial, en la que han jugado un rol
determinante los grandes conglomerados globales
de servicios de internet, Facebook, Apple, AT&T,
Cisco, DiDi, Google, HP, Intel, Netix, Qualcomm,
Samsung, T-Mobile y Telefónica” (Hernández, 2020),
por solo nombrar algunas, junto a las plataformas
tecnológicas de los gobiernos, dándole un impulso
sin precedentes a las modalidades de gobierno
electrónico, e-learning, e-comerce, telemedicina, y
cyberseguridad, entre otras, estableciendo nuevas
experiencias a escala global de formas de control y
monitoreo de grandes contingentes humanos en
extensos sectores geográcos.
La Bioética, un referente inacabado.
En escenarios como los antes descrito,
donde se rompen súbitamente los delicados
equilibrios sistémicos de las grandes estructuras
que sostienen el orden global, uno de los
aspectos que más se resiente es el de la ética,
como expresión de los principios reguladores
de la conducta humana que norma las reglas de
sana convivencia en el marco del respeto a los
derechos fundamentales de los ciudadanos y
como garante de la paz y de la gobernabilidad, de
manera que el conicto en su expresión material
se traslada al ámbito de lo moral, adquiriendo una
dramática expresión cuando lo que se debate es
el balance entre la vida y la muerte, la libertad y el
sometimiento, el orden y el caos, la democracia
y la tiranía, en una relación que va más allá de
una dialéctica convencional, para entrar en el
terreno de lo complejo, lo inacabado, lo religante
y recursivo, lo complementario y antagónico, en
n, lo Transcomplejo y Transparadigmático.
Aunque no existe una sola manera de
denir a la bioética, la Bioética se puede denir
como el estudio sistemático de las dimensiones
de la moral - incluyendo a la visión moral, las
decisiones, la conducta y las políticas de las
ciencias de la vida y del cuidado de la salud,
empleando una variedad de metodologías éticas
en un contexto multidisciplinario. Hernández
(2011).
Es así, que cuando la humanidad ha
llegado a tocar fondo en la larga y dilatada
trayectoria de su conictividad, emerge del
mismo seno de la sociedad y sus instituciones,
ideas e iniciativas que intentan aportar luces
en la búsqueda de soluciones no solo prácticas,
sino existenciales, regeneradoras del espíritu
humano en su incesante proceso de avanzar
en escenarios de duda e incertidumbre. De allí,
que la Bioética se plantea como ese llamado
a la conciencia del hombre, que lo invita a la
recticación a la luz de los avances del derecho
internacional y de los derechos fundamentales
del ser humano, en un esfuerzo más por evitar
su autodestrucción, no en vano se le ha dado en
llamar la “Ciencia de la Supervivencia”.
En el escenario que nos asiste,
caracterizado por un conicto complejo de
intereses de poder y control social, donde
la biopolítica ejerce un protagonismo sin
precedentes, la bioética intenta levantar su voz,
en la propia casa del biopoder, apelando a sus
principios universales de primero no hacer daño,
primun nonnocere, que adquiere particular