Revista Conexiones UG • ISSN 2960-8147 • ISBN 978-9942-44-827-9 • enero-junio 2023 • Guayaquil - Ecuador • Vol. 1 Nº 1 Revista Conexiones UG • ISSN 2960-8147 • ISBN 978-9942-44-827-9 • enero-junio 2023 • Guayaquil - Ecuador • Vol. 1 Nº 1
2 3
Bioética y biopolítica. Dos dimensiones epistémicas divergentes en tiempos de pandemia desde una postura transparadigmática.
Dr. Gustavo A. Parra Fleitas
REFLEXIONES DE ENTRADA
En el presente ensayo, pretendemos
abordar ambas categorías en el contexto de
una situación conictiva de características
excepcionales, como lo es la pandemia de Covid
19, sus implicaciones en el manejo que desde los
ámbitos cientíco, político y tecnológico se la ha
dado, su incidencia en los ámbitos económico,
social y ambiental, exhibiendo un nivel de
complejidad sin precedentes en la historia de las
crisis humana más recientes, que trasciende sin
lugar a dudas, todos los moldes y estereotipos
paradigmáticos hasta ahora conocidos, en
una lucha sin precedentes por el control y la
hegemonía del poder global y sus áreas de
inuencia.
En primer lugar, es preciso esbozar
someramente los orígenes de ambas epistemes
en el contexto del pensamiento político de las
últimas décadas, con la idea de ir orientando el
análisis desde una visión transparadigmática,
a partir de las aportaciones de López (2013),
quien de la Biopolítica, apela a autores de las más
diversas corrientes del pensamiento, quienes
han desarrollado deniciones que ha permitido
establecer juicios nobles en torno a su validez
y honestidad epistémica, pero no es sino hasta
llegar a los aportes de Michael Foucault (1926
– 1984), que adquiere una real y denitiva
aplicación práctica para la comprensión de los
más intrincados asuntos que conciernen a la
práctica médica y su vinculación con el poder,
en el control de la salud, la vida y la muerte
en el contexto de la sociedad moderna,y de
cuyo concepto, Esposito, citado por López
(ibid.) señala: En aquel momento, el pensador
inscribía la biopolítica en el marco de la sociedad
capitalista para la cual “…lo que importa, ante
todo, [es] lo biológico, lo somático, lo corporal.”
Ya entonces advertía el rol estratégico
de la medicina y analizaba en términos de bio-
historia la incidencia de su intervención sobre la
especie humana. A su entender, “…la historia de
la especie humana no permanece indiferente a la
medicalización.” En este sentido, Foucault (2013),
arma que “La Biopolítica tiene que ver con la
población, y la población como problema político,
como problema a la vez cientíco y político,
como problema biológico y como problema de
poder”, por lo tanto, la Biopolítica emerge como
la instancia necesaria que busca dar respuesta
a la gestión de los problemas de salud, vida y
muerte desde el ámbito del gobierno y más allá,
sin mediar en consideraciones de otra naturaleza
que no sea el más puro ejercicio del poder en
atención a los intereses y necesidades de la clase
dominante, el biopoder, (Foucault, 2008)y cuya
mayor o menor incidencia en sus decisiones,
actúan en un plano distinto y encuentra desde la
Bioética, su más clara contradicción, en atención
a los principios y valores que esta deende y que
sustentan su campo de intervención.
Desde la Bioética, si bien su evolución
en el contexto histórico es mucho más dilatada,
Escobar (2010) nos remite directamente al
oncólogo estadunidense Van Rensselaer Potter
(1911 – 2001), a quien se le reconoce haber
elaborado el neologismo bioético y haber
propuesto las bases para esta nueva disciplina a la
que llamó: “La ciencia de la supervivencia”. Potter
postula que: “La existencia del ser humano no
está garantizada, más bien está amenazada por
las alteraciones del equilibrio de los ecosistemas
y por los avances de la tecnología”. Una pandemia
con las características de la actual, responde
perfectamente a esta armación.
Establecidas estas precisiones,
entraremos en las consideraciones que desde
ambas perspectivas se han podido esbozar en
el contexto de un hecho concreto, la pandemia
de Covid 19 en sus múltiples facetas, asumiendo
que dicho fenómeno podría considerarse como la
expresión mas acabada de una crisis estructural en
evolución, la cual esta nueva versión, comienza a
incubarse a partir de la instauración de un modelo
de relaciones a gran escala, de intercambio
nanciero, tecnológico y comercial global de
alta movilidad local, nacional, trasnacional e
intercontinental, con impacto en todos los
órdenes de la vida, incluyendo el sociocultural
y medioambiental, nunca antes experimentado
por la humanidad, involucrando en su desarrollo
a las regiones más densamente pobladas con las
más altamente tecnicadas del planeta.
Bioética y biopolítica. Dos dimensiones epistémicas divergentes en tiempos de pandemia desde una postura transparadigmática.
Dr. Gustavo A. Parra Fleitas
Los Antecedentes.
Se plantea que, en el marco de ese
proceso de intercambio global se entretejieron
las circunstancias determinantes de
interrelación, para el desencadenamiento de
fenómenos que por su naturaleza compleja en lo
biológico, ambiental, social y comercial, condujo
al surgimiento entre el 18 de diciembre y el 29
de diciembre de 2019 (Koury, 2020), de un brote
epidémico de una enfermedad respiratoria de
naturaleza transmisible y altamente contagiosa,
para el momento desconocida por la ciencia, que
afectó un área demográcamente importante en
el corazón de una ciudad densamente poblada,
de una importante zona geográca del país
más poblado del mundo: Ciudad de Wuham,
Provincia de Hubei, República Popular China, y
que para el 7 de enero, las autoridades chinas
anunciaron que había identicado un nuevo
tipo de coronavirus (Nuevo Coronavirus, 2019-
CoV). (Koury, ibid.).
Para el 22 de enero de 2020, un total de
571 casos habían sido reportados en 25 diferentes
provincias en toda China, mientras que en la
provincia de Hubei las muertes habían alcanzado
a 17 y se mantenían 95 pacientes en estado
crítico. Se realizó un estimado según el Modelo
de Enfermedades Infecto contagiosas del Centro
de Colaboración de la Organización Mundial de
la Salud (OMS, órgano regulador de la Biopolítica
a nivel global) y la proyección alcanzaba a 4.000
posibles contagiados, pudiendo llegar a casi
10.000. (Koury, ibid.). A partir de ahí, el número
de pacientes contagiados fue aumentando
exponencialmente en China continental y para
el 30 de enero se habían reportado 9.692 casos
en toda China y 90 casos en diferentes países.
La OMS la declaró pandemia el 11 de marzo del
2020. (Velásquez, 2020).
La Reacción desde la Biopolítica.
No cabe duda alguna el impacto que
ha causado la pandemia de Covid 19 en las
estructuras del sistema político actual, pudiendo
considerarse como uno de los más formidables
problemas que ha enfrentado la civilización en
los últimos tiempos y que ha tensado de manera
simultánea, todos los sistemas orgánicos que
denen la modernidad tal como la conocemos,
desencadenando al entender de quien
escribe, en palabras de Kuhn (1996), una crisis
paradigmática.
Desde un primer enfoque, se podría
pensar que el tratamiento de la pandemia
se circunscribe al abordaje de la medicina, la
inmunología y la infectología. Sin embargo, la
losofía política aparece para echar luz sobre
las implicancias sociales, culturales y políticas
de esta crisis, así como también para establecer
las condiciones histórico-políticas que le dieron
origen.Andrada (2020).
La pandemia no solamente ha puesto
al límite los sistemas sanitarios, sino también
las costuras de las instituciones y los marcos
normativos de los derechos y libertades como
base del orden democrático, resintiéndose más
donde más debilidades hay en las estructuras
institucionales, en los tejidos sociales y en las
economías más dependientes, observando, de
este modo, cómo la lucha contra el coronavirus
amplía el poder de policía del Estado, normaliza
la excepcionalidad, el control ciudadano, así
como la restricción, cuando no suspensión de
libertades fundamentales bajo la promesa de la
vuelta a la normalidad. Colmenero (2020).
La militarización de las calles, el
monitoreo social, la videovigilancia o la denuncia
anónima, como respuesta son, en consecuencia,
el resultado de un autoritarismo biopolítico
dirigido a la defensa de la sociedad, cuyos riesgos
exceden el combate frente al virus “enemigo”,
(Colmenero. ibid.) generando reacciones
opuestas de los sectores adversos al Estado
y a sus instituciones, dando como resultado,
situaciones de confrontación de diversos grados
de intensidad y gravedad, en las calles de las
más importantes capitales del mundo, creando
condiciones para la generación de una espiral
de violencia que claramente podrían estar
resintiendo la estabilidad política, económica y
social en vastos sectores del planeta. Del mismo
modo, la pandemia posee una signicación
política puesto que instaura determinadas
formas de vinculación social que poseen como