VI CER R E C T O R A D O AC A D É M I CO
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DEC A N ATO D E VIN CUL ACIÓN C O N L A SOCIEDA D Y B IENE S TA R E S T U D I A N T I L
ISSN: 2 96 0 - 8 147
ISB N : 978 - 9 942- 4 4 - 8 27-9
2019, OECD, et.
al.
-Tres dimensiones claves para replantear la cooperación internacional
como facilitador del desarrollo sostenible en América Latina.
-Trabajar de manera incluyente en alianzas multilaterales y multifactores.
-Desarrollar capacidades regionales ejecutando y evaluando planes
propios y procurando enfoque integrados.
-Operar con más herramientas y actores, incluyendo intercambio
de conocimientos, diálogos de políticas públicas y transferencia de
tecnologías.
2019, Grupo
independiente
de científicos
Informe
mundial sobre
el desarrollo
sostenible
-A pesar de los esfuerzos el mundo no va bien para alcanzar los ODS.
-Cuatro tendencias de particular preocupación: creciente desigualdad,
cambio climático, pérdida de la biodiversidad y cantidad cada vez
mayor de desechos.
-Seis puntos de partida: bienestar y capacidades humanas, economías
sostenibles y justas, sistemas alimentarios y patrones nutricionales,
descarbonización energética y acceso universal, desarrollo urbano y
periurbano, así como patrimonio ambiental mundial.
-Cuatro ámbitos de acción: gobernanza, economía y finanzas, acción
individual y colectiva; así como ciencia y tecnología, es decir nuevas
investigaciones y adaptación de las tecnologías existente a contextos
locales y regionales específicos.
2018, Arce
Navarro
-El desarrollo sustentable constituye un principio jurídico emergente
en proceso de formación, que no ha logrado la convicción de
obligatoriedad.
-Se ha configurado en los textos internacionales como un verdadero
derecho humano, de lo cual depende la supervivencia de la humanidad.
-Al no tener un concepto homogéneo de desarrollo sostenible se puede
incorporar desde diversos enfoques lo que impide la integralidad del
concepto y por ende su asimilación y alcance.
-El modelo de desarrollo sostenible se ha dividido respecto a: (a) lo
que debe sostenerse (naturaleza, sistema de soporte a la vida y la
comunidad) y (b) lo que ha de desarrollarse (la gente, la economía y
la sociedad).
-Los indicadores para el desarrollo sostenible en la mayoría se basan
en el presente o corto plazo. Sin embargo, se cuenta con algunos a
largo plazo, como la Comisión del Desarrollo Sustentable, el Grupo
de Escenario Global hasta 2050 y la huella ecológica.
-Construcción del concepto de desarrollo que debe ser integral y
progresivo e incluye principios y valores.
2022, CEPAL
-La planificación puede abrir espacios de deliberación participativa
para que los actores del desarrollo liderados por el Estado puedan
construir una narrativa sobre sustentabilidad y una visión compartida
del futuro deseado.
-Esta propuesta de política deberá articular los planes de largo plazo
con las metas, objetivo y estrategias de mediano y corto plazo.
-Potenciar la coordinación entre los sectores económico, social y
ambiental; así como con los distintos niveles de gobierno.
-Implicaciones de la sociedad con el mundo académico, el sector
privado y los laboratorios de innovación.
-Fortalecer las capacidades de apertura, participación, negociación y
planificación para el desarrollo territorial.
-Se requieren liderazgos colaborativos.
-Sistemas tributarios progresivos.
-Políticas macroeconómicas, así como una amplia gama de estrategias
y políticas de desarrollo productivo, sociales y ambientales con una
fuerte dimensión sectorial.
-Se requiere avanzar hacia la sostenibilidad, la inclusión y producción.
Es evidente en los documentos revisados, que hay numerosos avances en el ámbito
del desarrollo sostenible, al menos como propuestas teóricas, destaca que a pesar que
existen diversidad de nociones de desarrollo sostenible, sigue predominando la concepción
antropocéntrica, que privilegia el crecimiento económico. No obstante, se ha avanzado en
la construcción de indicadores para su medición, nuevas dimensiones en su constitución y
perspectiva y alternativas para su abordaje y logro.
Al respecto, (Curí, 2020) plantea que los modelos de desarrollo existentes no ofrecen
soluciones estructurales, por lo que a su juicio dos grandes retos que se deben satisfacer:
es una nueva práctica ética y un cambio de actitud y mentalidad individual y colectiva. En
tal sentido, el respeto por el planeta es un principio que suele estar presente en todas
las creencias espirituales, las cuales trasmiten con naturalidad algo consustancial al ser
humano, como es la consciencia de sus propias limitaciones y que forma parte de un
inmenso universo, sin lo cual no se puede comprender el sentido de la existencia. Así la
Biblia (NTV) en Levítico 25:23 dice “La tierra no debe venderse a perpetuidad, porque…es
mía. Tu solamente eres un extranjero y un arrendatario que trabaja para mí”.
Ello presupone de acuerdo a Charli et al (2014) la capacidad de vincular las ciencias y
las humanidades con la solución de los problemas y en este contexto la investigación y la
educación deben dirigirse a generar esquemas que faciliten la comunicación y mediación
de intereses y metas de los diferentes actores sociales. En este aspecto, (Curí, 2020)
señala que el principio de interculturalidad, como diálogo de saberes, aporta la noción
siempre buscada y pocas veces alcanzada de transdisciplinariedad, en la que los hallazgos
y descubrimientos de cualquier área de conocimiento, se integran para desarrollar el
pensamiento complejo, necesario para la creación de futuro.
Al respecto, las autoras del artículo van un poco más allá al plantear la necesidad de
estudiar la complejidad del desarrollo sostenible desde una perspectiva transcompleja,
que, aunque no se desarrolla en este documento, implica una visión de complementariedad