Una invitación a resistir desde lo ordinario
DOI:
https://doi.org/10.53591/artes.v4i8.2361Palabras clave:
patrimonio, conservación, ordinarioResumen
Este artículo propone una lectura crítica del paisaje urbano desde la noción de lo ordinario como acto de resistencia y conservación activa. A partir del caso del Barrio Orellana en Guayaquil —un conjunto residencial moderno devenido en un ecosistema multivalente— se argumenta que las construcciones no-autorales, surgidas de prácticas cotidianas, revelan complejidades urbanas que escapan a los discursos patrimoniales hegemónicos. La investigación se apoya en referentes teóricos como Donna Haraway, Charles Jencks, Farshid Moussavi, y Venturi y Scott-Brown, para repensar el entorno construido no como opuesto a la naturaleza, sino como su expresión simbólica. Se plantea una conservación dinámica, alejada del simulacro y la restauración escenográfica, que reconozca al paisaje urbano como un archivo vivo de afectos, adaptaciones y saberes locales. Desde esta perspectiva, mirar hacia lo informal se convierte en una estrategia epistemológica y política para resistir las narrativas coloniales y reimaginar la ciudad desde su complejidad mestiza.
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Derechos de autor 2025 María Victoria Suárez Zavala

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